Página uno: lunes. La urraca lúcida
Tengo una urraca que todo lo mira.
Aunque huidiza, ahí está, quizá un azar,
tira de la hebra, un deslizamiento al caer
sobre un montoncito de hierba de Ibirapuera.
En territorio agreste, lejos de mantener la calma
la urraca se manifiesta, insiste en un vuelo sin laberinto,
atraviesa el éter y anula el deseo yéndose por el costado,
se esfuma por el mejor lugar, su juicio en la fronda.
Repite un salto que es una línea, y abarca más,
embauca temprano a su adiestrador.
Celebran ambos la vez, bordea el refrán
siempre a punto de perder la ocasión,
hurgando en tierra mansa, sobre hojas húmedas,
un hondo sentimiento de abandono.
Página dos: martes
La palabra urraca: la leo en el espejo.
Un liso corte en el cristal ¿qué te propone?
La imagen se va por la ranura del azogue
y corre a una boca de metro, destino Jabaquara.
La sombra estatuaria de los predios lima el cristalino,
no descubre nada, sólo extrañeza y dolor.
El graznido de un pájaro,
y un día, quizá hoy, puede que mañana, nublado,
cesa su intención ante el ritmo del universo.
Página tres: miércoles. La urraca ciega
La urraca ciega se guarece en el café Brahma.
En la esquina de Ipiranga con São João, se esparce
en la mente un paisaje infinito, un ángulo aéreo
que descansa sobre una tarja donde dice:
tão acima de nos, tão longe da terra,
recalcando el tono molesto de la escritora. La poeta adoraba a
los animales. Y yo, al salir de un templo shinto, jardincillo
de bambúes y pez rojo en el estanque, me escondo en el café,
retomo un poema de Cecília Meireles que habla de gatos,
de sombras de gatos, ¿o son sombras de urracas?
que me van nombrando por la ciudad.
Todo es revelador, serpentear una avenida desproporcionada,
fotografiar el cielo desde el Altino Arantes, reír...
Ciego frente a tanta opción, escondido en el Brahma
no hay salida, la urbe se agita, la sombra quemada que permanece,
no sé, y mientras leo, ciego como estoy, a aquellos poetas
que me dicen sí, que me dan una fina excusa para huir
hacia un recodo de cielo babélico y espantoso.
Pagina cuatro: jueves. El cuerpo
como si yo no existiese, como si hubiese muerto por adelantado
Blanca Wiethüchter
Hay un cuerpo que asiste a su devastación.
Un olor a carne y a vísceras que se exponen a la curiosidad
como si nada existiese, no mancharás,
dice la sangre que gotea lenta, cuajándose
en una galaxia que ilumina la pared del Copan.
La pupila es azul, o puede que verde veneciano,
y pide algo, correr, un pensamiento estoico, corriendo,
lo deja a su voluntad el cuerpo que huye por la pared
en su carne maltrecha. Un cadáver tendido como si nada
y un prodigio que se presenta y dice: azul.
Dónde duerme hoy la urraca, o es mi perro, repite su nombre,
negro y blanco y azul. Azul. El cuerpo que cae
y la nada adelantándose a la muerte
una llamarada.
Página cinco: viernes. Rua Aurora
para Alfredo Fressia
Cruzando la rua Aurora mira hacia atrás. Cómo menciona
rua Aurora, cómo se atreve si nada le pertenece. Es el inicio
de una transformación, el rufián es codiciado por un puñado
de paseantes, es un incendio, un fuego que se acerca,
un pálpito, una diadema. Ordena su melena frente al cristal,
al borde del abismo, no sabes si el reflejo es real
o una puerta imaginada. No sabes si volver, si lo deseas,
no en vano fuiste alguien, abrazado, lamiendo las manos,
atravesando la calle. Eres la decadencia,
la buscas, adoras lo que un hada te cuenta,
las cuerdas de un arpa que festeja el delirio.
Dejas la rua Aurora y piensas en el poeta, su obra
encerrada en el agua, encantado en un verso,
mientras huyes, te vas, con su contenido.
BIOGRAFÍA
RODOLFO HÄSLER Nació en Santiago de Cuba en 1958, vive desde niño en Barcelona. Estudió letras en la universidad de Lausanne, Suiza, y trabaja como traductor. Ha publicado siete libros de poesía: Poemas de arena (1982); Tratado de licantropía (1988); Elleife (1993); De la belleza del puro pensamiento (1997); Paisaje, tiempo azul (2001); Cabeza de ébano (2007) y Diario de la urraca (2013). Obtuvo el premio Aula de poesía de Barcelona y la beca de la Oscar B. Cintas Foundation de Nueva York.
FICHA TÉCNICA:
Rodolfo Häsler
DIARIO DE LA URRACA
Colección: Poesía
ISBN: 978-84-944162-5-5
13,5 x 21,5 cm.
PVP 12 €
Especie de esfinge instalada en las periferias de la modernidad, la ciudad de São Paulo, con sus 20 millones de habitantes, íntima, monstruosa, seductora, nos desafía a todos a descifrarla, so pena de devorarnos. Es lo que hace esa urraca de Häsler, sin establecer distancia entre ella y el objeto infinito donde vuela, ella misma parte de ese paisaje que pide al lector una interpretación, que implora por la síntesis imposible, el dibujo definitivo, el vuelo unívoco que São Paulo jamás tendrá.
Testigo íntimo del pasaje del poeta por la Ciudad, puedo adelantar al lector que Häsler fotografió São Paulo desde todos los ángulos, pero quedó ciertamente seducido por los cielos y los planos captados desde las torres gigantes. El vuelo era de ave, los poemas están ahora frente al lector para invitarlo al recorrido de los días y las calles del poeta.
Alfredo Fressia