fotografía de Manuel Losada
Carlos Barbarito, Argentina, 1955. Su obra publicada hasta el presente incluye libros de poesía y sobre artes plásticas. En poesía editó: Poesía quebrada (Mano de Obra, Buenos Aires, 1984); Teatro de lirios (Fundación Alejandro González Gattone, Pergamino, 1985); Éxodos y trenes (Último Reino, Buenos Aires, 1987); Páginas del poeta flaco (Filofalsía, Buenos Aires, 1988); Caballos y otros poemas (Hojas de Sudestada, La Plata, 1990); Parte de entrañas (Arché, Buenos Aires, 1991); Bestiario de amor (El primer siglo, Centro de Publicaciones de la Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1992); Viga bajo el agua (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 1992); Meninas/Desnudo y la máscara (Poesía. Ganadores del Concurso Nacional de Poesía Enrique Pezzoni 1992. Centro de Estudiantes Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Último Reino, Buenos Aires, 1992); El peso de los días (Ediciones Electrónicas Altamira, Buenos Aires, 1995); La luz y alguna cosa (Último Reino, Buenos Aires, 1998); Desnuda materia (Ediciones del Árbol, Buenos Aires, 1999); Puntos de fuga (Colectivo ZonAlta, Toluca, 2002); La orilla desierta (Andrómeda, San José de Costa Rica, 2003); Piedra encerrada en piedra (Hespérides, La Plata, 2005); Les minutes qui passent (Poietes, Foetz, 2005); Figuras de ojo y sombras (Bermingham Edit., Donostia, 2006); Música humana y de paramecio (Colección Manija, San José de Costa Rica, 2008); Un fuego bajo un cielo que huye (Baile del Sol, Tenerife, 2009); Cenizas del mediodía (Praxis, México D.F., 2010); Feu sous un ciel en fuite; traducción de Patrick Cintas (Le Chasseur Abstrait Éditeur, 2010); Paracelso (Barcelona: Excodra, 2014). En cuanto a sus publicaciones referidas a las artes plásticas: Acerca de las vanguardias, Arte argentino siglo XX, Comisión de Homenaje a Jorge Feinsilber, Buenos Aires, 1990; Roberto Aizenberg. Diálogos con Carlos Barbarito, Fundación Federico Jorge Klemm Editora, Buenos Aires, 2001.
Tu dolor
No es un precio módico…
No es un precio módico, un leve rasguño;
la caída es tan cierta como lo que toca
la mano: el fruto sin su pulpa,
la espuma y no el agua marina,
el muro, húmedo y despintado.
¿Qué ilumina la memoria ahora,
porción a porción? No
surte efecto la conversación,
el ave suspendida en el aire
no aporta al aire primicia alguna;
¿qué va entonces más allá de la piel,
del mazo que machaca,
de la luz que en la vela languidece?
Hasta aquí. Hasta este sistema de soles
sin conjunción, puntos fríos
que no animan a los amantes;
la página refracta todo nombre,
se sumerge en una calma falsa,
que esconde el fracaso, la derrota.
fotografía de Manuel Losada
Entre dos memorias
¿De qué estoy hecho? En el cielo…
¿De qué estoy hecho? En el cielo nocturno,
vasto de toda vastedad, un mínimo punto
de luz, fijo de una vez y para siempre;
allí yo, desde la primera desnudez
hasta la última, calmo o convulso,
solo o abrazado a otro y sin embargo,
ambos, solos. ¿De qué no estoy hecho?
En un cuarto en el que estuve
cuando era niño, las herramientas se siguen oxidando
y los papeles siguen amarilleándose;
una vez soñé, una vez soñé,
entonces, por un momento,
las tensas cuerdas se aflojaron
y tañí música, sin que importara
que no sé leer las notas en el pentagrama.