I
Un árbol solo, agudo,
erguido en la montaña,
unas nubes lo enmarcan
sobre el cielo claro del mediodía
y entonces el camino se vuelve
mucho más apetecible.
II
Sobre la nieve pura
descansa la llave del mañana,
¡cógela aunque haga frío
y te hieles para siempre
las manos! Porque a veces
todo lo que importa quema
y aun así hay que correr el riesgo.