LUKE nº 178 mayo-junio 2017

Mariano Rolando Andrade

Poemas

Tumba-de-Stevenson-en-Apia
Tumba de Stevenson en Apia

El entierro de Stevenson

De pie ante tu tumba blanca,
veo el océano que te trajo
y la jungla que te amparó,
las montañas que quizás
te llevaron a Escocia.

Veo a los jefes samoanos
recibir la noticia
“Ha muerto Tusitala”,
que partió de la casa en Vailima
una noche de diciembre.

De pie ante tu tumba blanca,
comprendo tus dos deseos:
ser enterrado en lo alto
de la montaña Vaea
y llevar las botas puestas.

Pocos son los palagi
que han merecido lágrimas
en estas islas y mares
saqueados sin descanso
por las plagas de Occidente.

De pie ante tu tumba blanca,
gran Tusitala del norte,
veo las antorchas y escucho
los brazos de doscientos
surcando la tierra cuesta arriba.

El resto de Samoa se pregunta
“qué desgracia nos ha caído”,
y en la morada de Vailima
alguien prepara tu mortaja
y viste tus pies desnudos.

Llega la temida mañana ya,
tus anfitriones te acompañan
y los más fuertes cargan
el ataúd hasta lo alto de Vaea,
la cima de la tumba blanca.

Si llueve y llega la noche a Prambanan

Si llueve
y llega la noche a Prambanan,
ella se sentará sola
en el umbral del templo
del ánsar de Brahma
para verte partir
sin pedir
que te quedes a consolarla.

Si llueve
y llega la noche a Prambanan,
ella pensará en Sita
repudiada por Rama,
y preguntará
por qué los hombres
hacen ciertas cosas
sabiendo de antemano el final.

Si llueve
y llega la noche a Prambanan,
ella dejará caer
todas las gotas del cielo
y luego caminará,
sola y libre,
hacia el amanecer
que vislumbró al verte partir.

Puertos que soñé

Hay ciudades
que nunca despiertan,
somnolientas
por el bochorno,
el mar detenido
frente a costaneras
de niños y cemento,
frutas y mujeres
en mercados eternos.

Port Vila, Apia, Nuku’alofa:
puertos
que soñé míticos,
sin presente,
anclados en la nostalgia
de haber sobrevivido
al océano
y sus fieras embarcadas,
el fuego, ciclones.

Los rostros jóvenes
sedientos
atrapados por el futuro,
desgarrados
del vientre de sus islas.
Ukeleles y agrios
sorbos
de boles de kava,
loas a Iesu Kerito.

En cada muelle
dormita un viejo carguero
de bandera incierta,
como en los bares
algún viejo occidental
que morirá solo y lejos
mientras el horizonte
prepara tormentas
y la bruma del calor nos seda.

Cristo en ‘Eua (1)

I
Ya no hay Navidad
si solo cuentan los que no están.
Te prefiero así: confinado y lejos.
Un plato de comida,
un vaso de agua,
nadie que hurgue.

A tus espaldas
la marea ha liberado
el laberinto de rocas,
campos de estrellas de mar.
A tus espaldas,
acechan otras navidades.

Las sobras de la cena
quedaban servidas
para apetito de los muertos.
¿Dónde comerán
esta noche los tuyos?
¿Quién dejará la mesa tendida?

II
Las primeras campanas
doblaron a las cinco.
Al alba, de Tufuvai a Pangai,
el cielo de ‘Eua bebió
los cantos de piedad y júbilo
vertidos por cada templo.

Peregrino hosco,
te marchaste a la montaña
y sus bosques.
Era tu deseo
en sus sendas perder la tuya
para tentar al demonio.

Quizás de este modo,
habías soñado,
las ánimas de otras navidades
confesarían sin temor
adónde fue que tus muertos
hallaron su cena anoche.

(1) ‘Eua es una isla en el reino de Tonga con caseríos a lo largo de una golpeada ruta de tierra que la recorre de norte a sur. Sus habitantes, como la mayoría de los tonganos, son fervientes cristianos.

Mariano-Rolando-Andrade Mariano Rolando Andrade (Buenos Aires, 1973). Escritor y miembro del comité editorial de la revista Buenos Aires Poetry. Publicó la novela “Los viajes de Rimbaud”, participó en la antología de poesía “Buenos Aires no duerme” y ganó el Premio Juan Rulfo a mejor cuento en lengua francesa.

A fines del año pasado recorrió los míticos Mares del Sur, desde Yakarta hasta las Islas Marquesas, tras las huellas de Rimbaud, Melville, London, Stevenson y Conrad, entre otros. El derrotero de esa travesía es un conjunto de poemas de los cuales Buenos Aires Poetry, el Círculo de Poesía de México, Revista Descontexto de Chile y Laboratori Poesía de Italia han publicado ya varios textos.