Así, Zinn no cree en los relatos históricos basados en las naciones, entes artificiales al fin y al cabo, pues entiende que más relevante que el conflicto que se da entre unas y otras es el que se produce en el interior de cada una de ellas
Una historia del pueblo –o de la gente- de los Estados Unidos sería la traducción literal del título de la obra cumbre del historiador ya fallecido Howard Zinn, A People’s History of the United States, publicada en 1997 por la editorial vasca Hiru con el título La otra historia de los Estados Unidos, enfatizando así su carácter alternativo a costa de obviar su matiz popular. Y es que el acento en el protagonismo de la gente es fundamental al abordar su lectura lo que se explica porque, centrados en la acción de los gobernantes, la inmensa mayoría de estudios históricos desdeñan las iniciativas de resistencia y contestación por parte del pueblo, lo que a la postre promueve una sensación de impotencia en la ciudadanía. El relato histórico que mantiene viva la memoria de la resistencia popular sugiere, por el contrario, nuevas formas de entender el ejercicio del poder. Así, Zinn no cree en los relatos históricos basados en las naciones, entes artificiales al fin y al cabo, pues entiende que más relevante que el conflicto que se da entre unas y otras es el que se produce en el interior de cada una de ellas. Por ello, en su trabajo relega la acción de los gobiernos en favor de los movimientos populares de resistencia, en el caso que nos ocupa los protagonizados por los indios, los negros, las mujeres y los hombres blancos pertenecientes a los sectores desfavorecidos de la sociedad.
El libro arranca con el escalofriante relato de la llegada de Cristobal Colón a América vista desde la perspectiva de los indios “arawak” que habitaban las islas de las Antillas, quienes pese a su favorable disposición inicial hacia los recién llegados serían exterminados de la forma más brutal en el lapso de unos pocos años -por lo mismo, se podía haber dedicado un primer capítulo a la llegada y asentamiento de los indios en el territorio que conformarían los Estados Unidos durante el largo periodo previo a la aparición de los europeos- para, tras sucesivas revisiones y ampliaciones de la obra –la original data de 1980 y la de Hiru de 1997-, concluir con el mandato de George W Bush caracterizado por su “guerra al terror” y sus aparatosas intervenciones militares en Oriente Medio. Un lapso de quinientos años marcado en ambos extremos por la violencia, la conquista, la codicia –entonces oro, luego petróleo-, el choque de culturas y el sometimiento del débil por el fuerte, como si el progreso a lo largo de cinco siglos no hubiera servido para superar semejante dinámica sino para perpetuarla a través de su constante adaptación y transformación.
La obra de Zinn tiene un profundo carácter desmitificador sobre la extendida visión de Estados Unidos como una historia de éxito que, más allá de las fases generalmente asociadas al conflicto -las marcadas por las luchas sindicales desde finales del siglo XIX al primer tercio del XX o por el descontento social de los años sesenta del pasado siglo-, se extiende a los periodos comúnmente asociados a un mayor progreso o protagonizados por aquellas figuras históricas que suscitan un mayor consenso: desde los “padres fundadores” redactores de la Constitución, a Lincoln, Franklin D. Roosevelt o Kennedy. Por su proximidad en el tiempo, se muestra especialmente crítico con el mandato de Bill Clinton por sus numerosas y voluntarias concesiones a la minoría privilegiada que sembrarían la actual crisis. El empeño de Zinn en demostrar que el progreso social es siempre consecuencia de la movilización y del empuje popular en lugar de la visión o la generosidad de los estadistas le lleva a adoptar un enfoque casi notarial en ciertos pasajes, a registrar cada acto de resistencia ciudadana producido en un periodo determinado en su afán por desmontar la visión imperante.
A partir del análisis del pasado, Howard Zinn interpreta también el momento actual e incluso proyecta su análisis hacia el futuro a partir de las tendencias que identifica. Así, pronostica la competición por la movilización del descontento de las clases medias al que asistimos en la actualidad –“El capitalismo siempre ha supuesto un fracaso para las clases bajas. Ahora está empezando a fallar también a las clases medias”-, un segmento social que hasta ahora ha ejercido como guardián del sistema a cambio de pequeñas concesiones por parte de las élites, ejerciendo de colchón entre éstas y las clases bajas. Unas clases medias sin cuya obediencia el sistema no tardaría en colapsar.
Se atreve también a proponer una fórmula que ayude a superar el callejón sin salida al que, en caso de perpetuarse la actual dinámica, parecemos abocados: producir de forma comunitaria a escala local a fin de cubrir las necesidades básicas de forma que éstas puedan sacarse del sistema monetario apelando al impulso de cooperación que emana de forma instintiva, no condicionada, en la naturaleza humana; es lo que denomina “socialismo de barrio” que facilitaría la creación de comunidades más inspiradas en vínculos de amistad que en la competitividad y que promoverían el valor de la libertad, del compartir y una cultura del respeto. Aunque no lo hace explícito, la propuesta de Zinn parece replicar los valores dominantes en las culturas indígenas previas a la llegada de los europeos. Se trata, según él, de buscar la inspiración ante la perspectiva de tiempos cada vez más turbulentos y el reto consiste en favorecer el cambio con la menor dosis de violencia. Cuanto mayor sea la percepción de compartir las mismas necesidades por parte del 99% de la sociedad mayor será el aislamiento de su cúspide. Los prisioneros del sistema continuarán rebelándose en modos y en momentos que no cabe predecir. La novedad es la posibilidad de que hoy sean acompañados por quienes hasta ahora han ejercido de guardianes.
Vista desde el momento actual, la proyección de Zinn puede parecer ingenua en la medida en que el descontento de las clases medias parece estar siendo canalizado mayoritariamente por la extrema derecha y por figuras como Donald Trump. Si acaso, esto parece acelerar la posibilidad de un futuro colapso lo que en lugar de invalidar el cambio mental y de paradigma que aconseja Zinn lo hace aún más acuciante.
Ficha técnica:
La otra historia de los Estados Unidos
Howard Zinn
Hiru
657 páginas
1997