Los sentimientos encontrados, (2005-2007).
Diario de un poeta y editor.
Colección: Claves: (Ensayo)
Cálamo Ediciones
ISBN 978-84-96932-97-5
408 páginas
PVP: 21,90 €
"He escrito y he publicado. No lo puedo olvidar. He vivido entre libros", afirma el guipuzcoano Kepa Murua, que prosigue en este libro su relato sincero, reflexivo y crítico sobre las bambalinas de la edición, un oficio que imaginan muchos, pero cuyas entrañas conocen muy pocos. Poeta, editor y enamorado de la cultura en sus diversas formas, Murua nos abre las puertas de sus pensamientos y rinde aquí homenaje a su peripecia vital, literaria y empresarial.
SELECCIÓN LOS SENTIMIENTOS ENCONTRADOS 2005-2007
14 de junio de 2005
Leer, escribir, editar novelas, libros de poesía y de arte, comprar libros que me gustan, regalar a los amigos, ir al cine y escuchar música. No olvidarse de hacer el amor. Reír pese a todo, pese a la literatura, pese a los editores y escritores. Sentirse lector, gozar con el pensamiento, sentir las horas intensas de la vida, sentir la vida con imaginación y alevosía.
30 de junio de 2005
Mi diario no es un reflejo de una realidad individual, sino la constatación de una duda al límite, la del poeta metido a editor que deja de creer un día en tantas cosas relacionadas con la literatura.
14 de octubre de 2005
Un rasgo importante para sobrevivir como editor es la austeridad. El editor debe ser generoso con los autores, debe ser feliz entre libros, mimarlos, cuidarlos, pero debe controlar sus gastos. Esos que llegan en taxi no son editores, esos que van al Palace no son los mejores editores. Debe coger el metro, reservar una habitación en un hotel limpio pero modesto, encargar una cena frugal, apenas trasnochar, beber un poco, no fumar, cuidar su cuerpo para que la mente esté en forma. Pagar lo necesario a los traductores, lo justo a los autores, eliminar gastos de teléfono o de transporte innecesarios, controlar el correo, gastar lo justo y vivir dignamente con una nómina al alcance de sus necesidades. Solo así podrá ser un buen editor, un día sí y otro también. Y debe saber elegir a sus amigos y confiar en sus distribuidores y libreros, después de haberlos visitado previamente.
6 de noviembre de 2005
Recuérdalo: el mundo de la edición de libros no es como el de los sentimientos.
4 de junio de 2006
Ahora tengo que pintar la vida como el pintor chino, escribir del recuerdo como el viejo poeta retirado, escuchar la naturaleza de las cosas íntimas como lo hace el músico que no tiene que demostrar nada a nadie. Y nadar… y nadar… y no ahogarme.
15 de junio de 2006
La vida, ese placer solitario que nos cura las heridas cuando respiramos con los ojos cerrados y vemos todo aquello que hemos vivido y nos queda por vivir.
19 de febrero de 2007
La poesía es como el silencio que se comparte con las personas que queremos.
4 de marzo de 2007
Pero de la misma manera pienso que el trabajo de editor proporciona la misma satisfacción que el de la creación literaria y que funciona, cuando se trata de innovar y descubrir valores nuevos, a menudo, de forma parecida.
10 de mayo de 2007
Hay que escribir como uno quiere, guste a la gente o no. Hay que escribir como uno siente, lo entienda la gente o no. Debe haber una verdad, oculta o no, debe existir un sentimiento artístico.
26 de julio de 2007
Cuando escucho hablar a los dirigentes políticos se me encoge el alma. ¿Por qué dicen tantas cosas sin pensar en lo que dicen cuando se habla sobre sanidad, educación o vivienda? El ciudadano sabe que no existen soluciones milagrosas o inmediatas y hace tiempo que se refugió en un mundo de remedios independientes sin contar con el respaldo de las instituciones públicas. ¿Saben los políticos lo que gana al mes la gente corriente con su trabajo?, ¿saben lo que es vivir en un país como este cuando para salir hacia delante tienes que poner todos los sentidos en sobrevivir como sea?
3 de octubre de 2007
Ves el mar y sientes el tiempo perdido. Hay un hombre que en la orilla alza la cabeza y se adentra en el horizonte. Sé lo que pasa en su interior: una remota posibilidad llamada felicidad.
4 de diciembre de 2007
El amor es un cuento en un mundo de novelas. Soy consciente de que me cuesta confesar mis sentimientos. Que me cuesta hablar de estas cuestiones con esa naturalidad que otros lo hacen. Me siento incómodo si hablo de mi vida privada, jamás lo hago con desconocidos, pocas veces con amistades del mundo literario, quizá en este diario, si lo vuelvo a releer alguna vez, lo haya hecho sin querer.