CREACION
Talento
(6)
bingen sasiain
|
(viene de la página anterior)
Temiendo que el quinqui de la moto le rayara su precioso utilitario, dio tregua por un momento al resto del mundo para poder desgañitarse a gusto con su vecino de atasco. Talento se mantuvo avanzando pegado a él, sin mirarle siquiera, hasta que un semáforo obligó a parar la marcha de la caravana. Dejó con calma la moto en el suelo, sacó de debajo de la chaqueta una gruesa barra de hierro y se lió a golpes con el coche. Voló un espejo. El parabrisas saltó hecho añicos justo antes de que Emilio Zaplana, sargento de la Benemérita retirado, sacara la pistola que siempre llevaba en la guantera de su flamante Volkswagen y le metiera a Talento las ocho balas del cargador en el cuerpo.
Nunca he vuelto a aparecer por nuestro bar, ese donde el tiempo se paró con el seco estampido de una bomba traicionera, ese donde Talento cavó su propia tumba entre jarra y jarra de la mejor cerveza que he bebido nunca.
|