LA LITERATURA VASCA AL FINAL DEL MILENIO
(PARTE II)

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jon kortazar

los textos más vendidos de los últimos años, en el que la conciencia tradicional actúa en distintos niveles como motor de la trama, hasta llegar, creo, a moldear la visión personal del escritor. En esta novela se pretende recrear la visión mitológica de los presuntos vascos tradicionales del siglo XIX en distintos niveles: lo oral compone la percepción lingüística de los personajes, lo mitológico avanza en la obra como puntal de la posibilidad de otra percepción que no sea lógica y que llega a la visión de otro mundo mágico e irreal, casi mitológico. El conflicto entre carlistas y liberales, descrito en una saga familiar, es el nudo del que se sirve el autor para describir un mundo etnográfico, basado, como confiesa, en las investigaciones de Barandiarán.
Quizá sea útil conocer que el arranque de la novela vasca se produce a finales del siglo XIX, con una clara adscripción al costumbrismo que propugna una visión idealizada del mundo rural. Uno de los empeños más importantes de los novelistas vascos de los últimos años ha consistido en responder a esa estética y producir un “ruralismo negro”, un ruralismo trágico que sigue las huellas de Faulkner. Pero aunque su objetivo sea crear un modelo invertido del mundo rural idealizado, esa forma de narración no tiene más remedio que acudir a elementos etnográficos para crear su mundo de ficción. Incluso a los jóvenes narradores que se han situado en la plasmación de nuevas costumbres urbanas se les ha llamado neocostumbristas, como dando a entender la importancia que en la narrativa vasca ha tenido el elemento descriptivo de las costumbres, sean éstas rurales, o sean urbanas.
b) La inestabilidad de la norma.
Cabe recordar que el euskara es una lengua normalizada recientemente, por ello no es extraño que aún queden algunos puntos imprecisos en su normalización. La Academia de la Lengua Vasca, por ejemplo, fija la norma de manera continuamente renovadora. Pero, para la escritura literaria ello puede tener un efecto débil. Es más importante referirse al problema de la novedad en el estilo. Es decir, a la filologización de la escritura literaria.
Una vez que existe una norma –aunque cambiante e inestable- se da por supuesto que la escritura literaria debe renovarla. Existen, en literatura vasca actual, dos maneras de proceder en esa renovación. La primera busca –en léxico y en sintaxis- una fuente literaria antigua que justifique una utilización de estilo que el autor quiera realizar, así puede relanzarse una cierta literatura que busque el aliento clásico y tienda al arcaísmo, a la vez que se busca una fuerte presencia de la riqueza léxica y lingüística. La novela Otto Pette de Anjel Lertxundi puede significar el paradigma de esta relación exploradora y arcaizante en la lengua.

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