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Museo y Centro de Investigación Altamira
JUAN NAVARRO BALDEWEG
Los problemas de conservación de las cuevas de Altamira aconsejaron desde hace años restringir el número de visitantes y surgió entonces la necesidad de ubicar, próximo al recinto, una réplica de ésta, para absorber la numerosa afluencia de visitantes que actualmente la cueva de Altamira no puede, de ningún modo, asumir. Se hizo necesario, además, crear un nuevo Centro de Investigación destinado a su estudio, al depósito de fondos arqueológicos y un Museo para albergar la réplica y como medio de difusión ante las expectativas de afluencia de público.
Con estos objetivos, se eligió, en las zonas próximas a la cueva original, un área para emplazar el centro y el museo. Se situó este área en el lado occidental, en otra vertiente de la colina en la que se encuentra la cueva y separada por vegetación abundante. Este lugar era el apropiado a la integración de las nuevas construcciones en las suaves pendientes de la topografía local. Su caída en la dirección norte permite una entrada a la neocueva similar en orientación de la cueva original. La localización de esta construcción queda fuera del área impluvial de la cueva, evitando cualquier alteración por esta circunstancia en la misma.
El nuevo Centro de Investigación y Museo de Altamira, por tanto, habla de alojar un programa de considerable tamaño y sin embargo, las características formales de la obra, hablan de ser cuidadosamente estudiadas para respetar el frágil paisaje. Este cuidado se orienta al logro de mantener la cueva original rodeada de un paisaje liberado y limpio con la capacidad evocativa y el misterio que su entidad exige.
El Museo, la réplica y el Centro de Investigación que se han proyectado se dividen en dos áreas de edificación diferenciadas: por un lado, el área en la que se aloja la réplica; por otro, unas formas que se extienden linealmente desde una zona común de vestíbulo o lugar de acogida de los visitantes. Los tres brazos de este área, que nacen de la entrada principal, contienen los espacios de exposición permanentes y temporales, las salas de usos múltiples, la sala de actos, el lugar para la venta de publicaciones y un restaurante o cafetería que se prolonga en su uso al aire libre. La estructura primaria de estas formas desplegadas casi en paralelo está constituida por unas grandes vigas a las que se adhiere una estructura secundaria de láminas que se abren y se levantan en dirección norte con objeto de introducir luz natural en las áreas expositivas. En el extremo occidental se organizan unas terrazas de estancia al aire libre que acogen a los usuarios antes o después de la visita para disfrute de las vistas.
La intención de integrar las nuevas construcciones en el paisaje estaría reñida con la cubierta necesaria para albergar la réplica. Por esta razón, el proyecto propuso una cubierta inclinada siguiendo las pendientes del suelo natural, recubierta de césped e integra en ella un sistema de lucernarios corridos. En el espacio intermedio que existe entre la neocueva y esa cubierta se alberga el centro de investigación, la zona de laboratorios, la dirección y la administración y la biblioteca, que se incorporan bajo la misma estructura y con buena iluminación cenital. Desde la biblioteca se puede contemplar la cáscara artificial de la cueva y el sistema de cuelgue desvelando su carácter escenográfico.
La creación de la réplica invita a interpretar su instalación en el paisaje como "imagen espejo" o reflejada, que supone un ámbito "virtual". Por ello, el marco que establece la diferencia entre lo virtual y lo real cobra importancia. Este marco se manifiesta como el perímetro cuadrangular recortado en la colina bajo el que se alberga la réplica. Este perímetro viene subrayado por las marquesinas de tres y cuatro metros de voladizo. La boca de la neocueva es un objeto de diseño muy preciso. Debe tenerse en cuenta esta inserción en lo construido y ser ella misma arquitectura asegurando su control climático con un cierre obligado de cristal. Desde el interior, la visión del paisaje estará enmarcado en el perímetro de la boca de la neocueva que reproduce características originales recortándose el paisaje lejano existente como si se tratara de una naturaleza invariable en el tiempo. Estas observaciones sobre el marco, la distinción entre un ámbito virtual y otro real, en definitiva sobre la "ventana" de la estética clásica, subyace en la concepción de estos aspectos del proyecto.
A través de la boca se logra así una visión del exterior con intenciones evocativas, pero también es importante considerar cómo, hacia el interior, las condiciones lumínicas de la neocueva producen un efecto de luz rasante parecido al de la cueva original avivando el relieve de la bóveda y favoreciendo, de este modo, la interpretación correcta de las formas que inspiraron las imágenes pintadas y que refuerzan la animación de las figuras.
Las cubiertas se tratan, según ya se ha dicho, con criterios paisajísticos, como superficies acabadas con césped, lucernarios corridos y láminas de aluminio componiendo una imagen fragmentada y escalonada en el conjunto. Los muros son de piedra natural. Tanto los que corresponden a la zona que alberga la réplica, como los muros de la zona de estancia al aire libre en el lado oeste se resuelven con una mampostería de piedra dorada. En la zona de museo y espacios expositivos se crea un perímetro de muros con sillería de grandes piezas verticales. Sobre estos muros se organiza una estructura de paneles de aluminio lacados en color ocre.
Podemos decir que el aspecto del Museo recrea una tectónica geológica. La disposición de los elementos estructurales y de los distintos tipos de lucernarios corridos tiene un significado preciso. Esa disposición nos habla de acciones sobre la colina, nos insinúa metafóricamente que se ha hecho un recorte en la colina, que se ha levantado con delicadeza a su corteza y se ha hecho sitio en su interior.
Las salas del Museo con sus lucernarios alineados parecen abiertos también con un único gesto que consiste en levantar y girar su cubierta. Se trata de un gesto detenido en el giro: deja flotando y sin apoyos la superficie laminar de la cubierta entreabierta. La forma escalonada de estos brazos en que se desarrollan las salas de exposiciones reproduce la constitución por estratos, en cortes paralelos y escalonados similares al de la naturaleza del suelo. El color ocre empleado en la banda de aluminio de la parte superior del edificio se asocia a la capa de tierra de la colina manipulada. El rojo es el color convencional de las secciones y se refiere a la delimitación de superficies seccionadas. La superficie entre el perímetro de la cueva y el rectángulo arquitectónico que la enmarca se construye con aluminio lacado en rojo.
La mampostería empleada en el edificio se identifica con el subsuelo pétreo, con la roca, con la excavación. La cantería de grandes piezas verticales nos habla de una delimitación espacial, de un lugar cercado.
Hay pues referencias en el edificio de Altamira a una tectónica que bien podemos denominar "narrativa". Su constitución física nos cuenta por implicación de lo que trata el Museo y cómo se ha llegado a su definición. Reproduce los momentos de un proceso. La arquitectura representa una naturaleza geológica, recrea un trozo de colina y lo manipula siguiendo acciones y movimientos que se congelan en actitudes expresivas, en poses estáticas de arquitectura. La construcción nace y se hace desde el suelo pero también se deshace, integrándose y diluyéndose en la pendiente de la colina. Es un edificio que se entreabre al paisaje de un modo expresivo pero sin sobreponerse, se instala haciéndole sitio en una convivencia cómoda con lo que hubo allí siempre.
Juan Navarro Baldeweg
arquitecto architect Juan Navarro Baldeweg
situación location Santillana del Mar, Cantabria Spain
colaboradores Collaborators
Estudios previos Previous phase
Andrea Lupberger, Álvaro Galmés
Proyecto Final phase Jaime Bretón , Daniel Delbrück, Andrea Kaiser, Andrés Jaque , Miguel Bernardini , Marcello Maugeri, Sibylle Streck
dirección de obra Work Supervision
Juan Navarro Baldeweg, Jaime Bretón,
Eduardo González Velayos
estructuras statics MC-2 Julio Martínez Calzón
instalaciones installations
ARGU Ingeniería y Servicios S.L.
control de vibraciones throbbing control
José Manuel Sánchez Alciturri
fecha de proyecto date of the project 1997
fecha de terminación date of completion 2000
fotos photographs a+t/César San Millán
http://www.aplust.net/paginas/dieciseis/dieciseisproy/dieciseispro14.html