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Nadie es profeta (en su tierra)
juan carlos prieto
Quien desde hace algunos meses, con toda la humildad posible, escribe estas pequeñas reflexiones sobre arquitectura y patrimonio cultural en este medio virtual, se propone poner de relevancia algunos aspectos o visiones que ayuden al lector, a sí mismo, a comprender de forma positiva que los bienes culturales de un país son susceptibles de, además de considerarse en si mismos como valores inherentes a una cultura, convertirse en alternativas de desarrollo económico, en nuevos yacimientos de empleo.
Cada mes, quien les escribe, fracasa en el intento porque de forma habitual se encuentra con situaciones que le llevan a convertir las apreciaciones positivas en criticas mas o menos desesperadas, le invade el desasosiego, y se encuentra ante un alto grado de confusión.
En España se han conseguido desarrollar algunos modelos de intervención en el Patrimonio que de forma notable han contribuido a elevar el estado de conservación de un buen numero de monumentos y sitios históricos, con programas mejor valorados fuera de nuestras fronteras que en nuestro país, no solo desde el punto de vista técnico sino sobre sus posteriores consecuencias en campos como la formación, el empleo y en definitiva el desarrollo económico de algunas comarcas.
Quien escribe estas modestas líneas ha tenido la oportunidad de participar de algunas de estas experiencias y se atreve a calificarlas con una elevada nota, sin rubor alguno por no haber sido quien las concibió, solo participa de ellas aportando pequeños granitos, seguramente de desordenado trabajo.
El modelo utilizado para el estudio, loa conservación y difusión del románico de Castilla y León, desarrollado a partir del programa de Escuelas Taller, es mucho mejor valorado en otras comunidades autónomas, Europa y en América Latina. El modelo se exporta cada año a lo largo de un buen numero de pequeños territorios. Se trabaja con éxito en Cantabria, se participa de programas europeos con algunas de las mas reputadas instituciones culturales europeas dentro del grupo (absolutamente desconocido en España) Centros Culturales de Encuentro, que con avidez demanda nuevos modelos de desarrollo en el patrimonio a través de la promoción del empleo y de nuevos talentos artísticos.
Iberoamerica se convierte en este momento en unos de los puntos que más interés nos despiertan (con bastante retraso, por cierto) por la necesidad de desarrollar nuevos e innovadores sistemas de valorización del patrimonio y el turismo cultural, apremiados por encontrar nuevos sistemas de desarrollo económico.
Quien suscribe descubre que la historia se repite, que debido al nivel económico que atesora (desconocido totalmente en España) se apresura a investigar, a contratar estudios y consultarías que les ayuden a desarrollar una nueva mentalidad sobre el papel del Patrimonio, pero olvida que cuenta con uno de los bienes culturales más importantes del mundo, Isla de Pascua, que esta desarrollando de forma autónoma un programa insólito llamado "La Aldea del Conocimiento" auspiciado por la UNESCO, y ve como encuentra todo tipo de apoyo en cualquier lugar menos en Chile, su propio país.
No pretende, quien se acerca a ustedes con este articulo, comparar el románico de Palencia con los Moais de la Isla de Pascua, y no se consuela con que si Chile olvida Rapa Nui, por que la Iglesia y las administraciones castellanoleonesas correspondientes no participan de las iniciativas puestas en marcha que en los últimos años han conseguido importantes cotas de desarrollo. Durante estos últimos días el románico y los Moais se han consolado mutuamente.
Juan Carlos Prieto
Arquitecto
Director de la Fundación Sta.María la Real
Centro de Estudios del Románico
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