Mayo 2001

CINE
kepa sojo
El efecto Torrente

Acaba de llegar a nuestras pantallas una de las películas españolas más esperadas del año, un acontecimiento único, la película mejor publicitada y vendida del cine español contemporáneo, el único filme español capaz de competir con el cine americano comercial, la "releche", vamos. Nos referimos, como no, a "Torrente 2. Misión en Marbella", la segunda entrega de las aventuras del policía más casposo, fascista y miserable que puebla la faz de la tierra. "Torrente 2" es un filme que tiene aspectos a favor y en contra. En primer lugar, a favor de la película hay que decir que el tipo de humor al que recurre el inefable Santiago Segura es un humor facilón, lleno de guiños cómplices de un espectador preferiblemente televisivo, con algunos gags brillantes y ciertas situaciones resueltas con bastante ingenio. Este tipo de humor es tan cercano al gran público que resulta de fácil consumo y de grato recuerdo. Otro de los aspectos a favor del filme es la pericia con que están resueltas las secuencias de acción, donde se nota la mano de Juanma Bajo Ulloa, que ya demostró su destreza en estas lides al rodar la taquillera "Airbag". Por otro lado, algunos de los intérpretes están a un buen nivel: Gabino Diego no defrauda, Tony Leblanc, aunque se ve que no está para muchos trotes, cumple, y el sorprendente José Luis Moreno, borda su papel de villano, sin olvidar al mismo Santiago Segura que parece nacido para encarnar a Torrente. A favor también del filme está el poder de convocatoria y los seguidores que arrastra Santiago Segura, ya desde que hacía cortos cutres, que se ha convertido en el rey de la autopromoción y que, además, siempre se muestra en los programas televisivos como un conversador hábil y un gran estratega al que los entrevistadores no atrapan nunca en fuera de juego.

Llega el turno de comentar los aspectos negativos del filme, que son bastantes. En primer lugar, la película en cuestión, no llega a la suela de los zapatos a su predecesora, "Torrente" que era una cinta novedosa, incómoda, ácida, esperpéntica y divertidísima que arremetía de lleno contra una série de valores tradicionalistas que hoy día aún campan a lo largo y ancho de muchos lugares de la geografía española. Ese "Torrente" ácido, regresaba a la tradición de algunos filmes gloriosos de los años cincuenta y sesenta como "Bienvenido, Mister Marshall" de Berlanga, o "Atraco a las tres", de José María Forqué, películas del pre-desarrollismo y del desarrollismo puro y duro que presentaban una España deprimente y deprimida con unos atisbos de cambio insignificantes, y que parodiaban las miserias patrias en críticas mordaces del Régimen. Esa España milenaria enraizada en la novela picaresca del Siglo de Oro y en el esperpento valle-inclanesco, se reconocía fácilmente en "Torrente", pero no en "Torrente 2", donde muchos de los chistes son más fáciles y gratuitos, donde se toma la referencia inexcusable de la primera parte para comprender la segunda, y donde los ecos del "landismo" y del, permítanme la palabra, "ozoresismo" son evidentes. Sacar al casposo detective del Madrid nocturno, canalla y milenario y meterlo en un habitat tan hortera y distante como es el marbellí, otorga una dimensión nueva al personaje, pero no llega a la sorpresa que supuso el filme inicial. Otro demérito en la cuenta de Segura es la abundancia de cameos que pueblan la cinta y que no hacen sino desconcertar al espectador que está casi más pendiente de ver quien va a aparecer en cada secuencia, que de la endeble trama de que se compone la película. Los chistes coyunturales que quedan envejecidos en breve y que dentro de diez años no tendrán ninguna gracia también jalonan el metraje de la película.

A pesar de los pesares, "Torrente 2" como producto comercial perfectamente diseñado y meticulosamente pensado es un filme que, como lo han demostrado la aluencia masiva de espectadores, funciona sin ninguna duda. Si, además, puede competir con la impresentable recua de bodrios americanos comerciales que llegan a nuestras pantallas de palomitas y de refrescos gigantes, mejor que mejor, ya que el cine americano comercial actual, con la excepción de algunos cineastas vendidos al dolar, pero que conservan su sapiencia a la hora de rodar como Boaz Yakin, o el reblandecido Gus Van Sant, por poner dos ejemplos, está totalmente adormecido. Cada vez las películas son más técnicas y tienen más efectos digitales, pero los guiones y las buenas historias son inexistentes en la mayoría de los casos. En ese sentido es preferible ver más "torrentes", que, por lo menos dan un empujón al raquítico cine español, que ver la típica peliculilla yanqui de regusto fascistoide, o la comedieta imbécil de universitarios americanos. Por lo menos, Santiago Segura se ha buscado la vida y ha vendido sus productos de forma envidiable, mientras las "pelis" americanas llegan con promociones brutales y arrasan en taquilla en muchos casos.

Santiago Segura prometió una tercera entrega de "Torrente" si el público respaldaba la segunda. Me parece que va a tener que rodarla. Las incógnitas en cuanto a Segura son muchas. Por un lado, sería bueno saber si va a realizar filmes que se salgan del personaje que ya está marcándole y estaría bien saber si la tercera entrega va a ser peor que la segunda, cosa más que segura, viendo la progresión de la série. Estas incógnitas se resolverán en los próximos años. Mientras, disfrutemos de las cosas buenas de "Torrente 2", que las tiene, y recordemos sus títulos de crédito, que, sin parodiando al exquisito 007, merece la pena ver.

Kepa Sojo
Director de Cine

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