Yi Sang: un raro de la Literatura Coreana (III)mario alonso arango m.EL CUERPO SOBREVIVIENTE Grosso modo, diríamos que a este cuerpo corresponde el carácter de una consciencia escindida, debilitada. En el cuento Alas, como ya hemos visto, el autor nos presenta no sólo la alegoría de un cuerpo saqueado sino también sus agonías: el texto comienza con la consciencia del personaje respecto a su condición de perdedor (¿Has visto alguna vez a un genio disecarse?), una conclusión que se nos da por adelantado, siendo la narración, una especie de documentación de su muerte. Lo que resulta evidente es que estamos frente a un personaje nada común, complejo, capaz de pensar con ironía el mundo e incluso sobre sí mismo: ve el sentido común como una enfermedad y le fastidian las necias ordinarieces. Se reconoce en la paradoja como elemento constitutivo de su ser, aunque nos la presenta con la ironía de quien quiere aleccionar con su caso: Sería bueno que te atrevieras a llevar a la práctica la ironía de tragarte la Detrás de la renuncia y el olvido, ese good bye que reitera varias veces en las primeras líneas, se esconde una aparente máscara de insensibilidad, pues lo vemos ir y venir pensando. Con sus juicios irónicos a propósito de la literatura (Víctor Hugo, por ejemplo) o lo que llama el cristalizado intelectualismo, el personaje pareciera estar justificando su suicidio o el de la propia escritura, en tanto que actividad vital. Diríamos que ha sido domesticado y de lo que era no queda sino una conducta refleja, marcada en el texto por la espera de una nueva moneda que ilumine el espíritu. Así mismo la escritura, una hoja de papel en blanco, vacía. Sólo cuando el cuerpo se tambalea de fatiga, el alma refulge brillante, una Aquí Yi Sang, permite una lectura del leivmotiv del artista en la sociedad moderna, artista del hambre, sobreviviendo de las sobras. El artista condenado a vivir aislado, reducido su papel a la mera consciencia narcisista: unas veces con la abulia de quien no encuentra su lugar en el mundo, sin un claro papel social. Otras, dedicado a despilfarrar el tiempo mirándose a sí mismo (como sus juegos con el espejo de mano de su esposa que tanto le llama la atención) o creando inútilmente. A veces, duermo bien. En ocasiones, el sueño me vence de inmediato. Entonces En Yi Sang, la pulsión de muerte se reitera constantemente. A lo mejor como pulsión de gasto o quizá como el grito de quien al sentir la proximidad de la muerte se aferra a ella e insiste en agotarla. En este sentido resulta difícil disociar vida y escritura en el autor. De la lectura de sus cuentos resalta su obsesión por presentarnos la relación hombre-mujer, siempre escindida, transitoria, imposible. Alrededor de ella se revelan actitudes perversas, pero sobre todo, traiciones. La ironía de asociar Mujer = Tierra laboriosa es como un grito que nos hace pensar en esas nuevas condiciones en que ha caído el país, teniendo que jugar a otras reglas extrañas a su tradición y donde los suyos aparecen desprotegidos, acallados o enredados en el tejido del colonialismo y lo que este representa en el orden existencial: vivir en la somnolencia (otra mutilación más, marcada en el texto por la confusión: aspirinas / adalinas). Nótese como en el orden metonímico se teje la tríada: mundo¤ mujer¤ adalinas¤ mundo. Mundo: - vida cansada Adalinas { somnolencia
Del futuro, entonces, como ya lo hemos dicho, no queda más que su abolición. Qué otra cosa pensar si el personaje después de verse enfrentado a la horrible verdad del mundillo de vida de su esposa y en riesgo de ser expulsado de su espacio y de perder la vida termina por aceptar su mutilación o justificarla: Éramos una pareja que cojeaba, destinada a no armonizar los pasos. Para mi Para finalizar, Yi Sang con este texto nos aproxima al mundo de las contradicciones, donde el título mismo no es más que otra perversa paradoja, pues las alas cuya simbología remiten a la libertad no son más que un imaginario textual. Allí donde el sujeto se detiene en la acción (Me detuve en mis pasos ... ) para ahogarse en sus deseos (...y quise gritar). En cuanto a una explicación de este orden de las paradojas, recuerdo lo que dijera el crítico Mario de Micheli, a propósito de las circunstancias en que nació el Dadaismo: Para comprender cómo nació Dada es necesario imaginarse ... el estado Y qué otra cosa no sintieron los intelectuales coreanos, entre ellos Yi Sang, al tener que sufrir la violencia estructural de ver invadido física y espiritualmente el país, reducido a ser sólo un cuerpo sobreviviente, saqueado por los caprichos del colonialismo.
BIBLIOGRAFÍA - Beristáin, Helena. Diccionario de retórica y poética. México: Editorial Porrúa, S.A. |