nº 167 • Octubre 2015

Espacioluke

Enrique Gutiérrez Ordorika

Estos calendarios

Vamos a reponer lo mucho que perdimos
Vamos a aprovechar lo poco que nos queda

Mario Benedetti

Estos calendarios

Vivimos entre quejas, ruidos, ganas, puedos, risas e imposibles... Así se suceden los días laborables: lunes, martes, miércoles… Todos en la punta de la escoba, barriendo los surcos y los suelos. Optimistas, con suerte, alcanzamos ratos de calma y fines de semana. Como si bastara un segundo de llama para nombrar la felicidad, paseamos en mangas de camisa por la calle confiando en que no llueva, con la paradoja de seguir habitando permanentemente en el invierno, sin decidirnos a romper de una vez estos calendarios.

Tu mirada

La luz le dio a tus ojos la luz de tus ojos, y tus ojos le dan a la luz tus ojos: la mirada de la luz, el iris del cometa que cruza mi ruido, casi palabra, enamorado.

Sin ninguna palabra

Agosto está herido y se queja. Cae la manta en un sueño que olvida al soñador y gime. El llanto pasea invisible su pluma. El poeta veranea y no escribe. Agosto está herido y se queja. Tú, amor, mi amor, te alejas, te alejas. Mueres, sin ninguna palabra.

Adiós marinero

Gallos tiernos levanta la aurora que el puerto invade en mi despedida. María, sola, aguarda la hora en que las plumas crezcan en los tiestos. Pero no existen aromáticas rosas que conserven mi recuerdo, tan sólo aves que llenan su lecho con coplas que proclaman mi fama de juerguista.

Hablando de nosotros

Hoy es un día fechado en el departamento de equipajes, los creyentes se ocupan de sus santos, los tontos intentan detener el tiempo no dando cuerda a sus relojes. Nadie viaja hacia donde, nadie viene de visita. Hoy es un día como tantos, sembrado de noticias. En el diario se dice qué es, qué ocurre, qué pasa. Lo que no se cuenta no sucede. La vida gira recubierta por letras de imprenta en hojas de periódico. A nadie toca dejar de ser, a nadie señala con el dedo. Es una gran sorpresa que hablen del vecino: ¡Qué cosas pasan por el mundo! Es una suerte que hablen de nosotros: ¡Vivimos! Y fíjese: ¡Parece mentira, pero llegáremos a Venus con un largo cohete! Y observe: Hay gente que no lee todas las páginas. Nos consideran idiotas. ¡A quién le interesan las esquelas! No están enterados, ni saben. Mira. Miramos. Prefieren leer la vida y los comentarios deportivos que pisar la calle. No les interesan las notas necrológicas. No saben. No pueden. No saben ni pueden saber que están muertos.

El desencanto

Cuelga la ropa boca debajo de la mirilla de los labios y nosotros, como si dijéramos tarde, pensamos que ya nada secará lo que mojó la nube de paso. Toda una noche y el sol esperándonos mañana.

Paisaje entre los dedos

Sostengo un paisaje entre los dedos, una raya de horizonte que no se despega de mis manos, una niebla azul que me tiñe las perspectivas. Soy un escritor enamorado. Un dibujante que pinta soles en los ojos. Es mi destino. Arrastro conmigo un otoño de años rebeldes; no reniego de mis versos; reservo un punto y una coma entre las sábanas, también sueño. Prefiero el café caliente y los libros húmedos, el pelo pajizo y las lágrimas en las ventanas, cuando arrecia el vendaval. No he visitado ningún planeta desconocido y, por las noches, no efectúo recuento de estrellas. Poseo lo que poseo y la certeza de lo que me falta. Una mujer nebulosa que me quiere y es alegre. Un reloj para dar cuerda a mis ratos y un mar de hojas para escribir a lo lejos Una libertad que intuyo, y un tiempo y un lugar para luchar por ello. Vida, maravilla y venceremos.