Escribir en mitad del desierto como una plegaria contra uno mismo.
El escritor y sus fantasmas: como esas familia taradas que salen de casa sólo en festivo.
La masa se complace y regodea como un tumor de sebo. Lo egregio es condenado a las cloacas.
¿Qué demonios haces escribiendo? ¿Por qué no aprendes? ¿Por qué no te callas?
La cultura en su grado cero de expresión. El invierno como símbolo del hiper-crecimiento social.
¿Comprar más libros? ¿Escuchar más discos? Podar el seto antes de que llegue otro tórrido verano.
Se les hunde el negocio y parecen contentos. La ruina va por dentro en las mejores familias.
Escribir en mitad del castillo como un alegato a favor de todos vosotros.
Os salvaréis. Claro que os salvaréis. Somos tantos que el futuro no tendrá cabida para tanto recuerdo.
Haced la cama y planchad las camisas. El paraíso se os revelará por defecto.