El paisaje y la naturaleza se erigen por derecho propio en protagonistas de la historia de una lucha apegada al terreno, expuesta, desnuda al paso de las estaciones. Una historia que relata la delicada convivencia de los partisanos con los campesinos que ...
Las colinas y valles de una comarca del Piamonte conforman el escenario en el que se desarrolla El partisano Johnny, la novela escrita por Beppe Fenoglio, publicada originalmente a principios de los años cincuenta y recuperada en nuestro país en 2013 por la editorial Sajalín, que retrata el surgimiento del fenómeno partisano tras el golpe del general Badoglio que supuso la caída del régimen fascista italiano –reinstaurado posteriormente de forma precaria pero brutal con ayuda del nazismo– en septiembre de 1943 y la guerra civil que le siguió.
El paisaje y la naturaleza se erigen por derecho propio en protagonistas de la historia de una lucha apegada al terreno, expuesta, desnuda al paso de las estaciones. Una historia que relata la delicada convivencia de los partisanos con los campesinos que habitan los parajes en los que actúan siempre temerosos ante posibles represalias por parte del enemigo en caso de colaboración, con los habitantes de las pequeñas ciudades que ocupan de forma pasajera sabedores de que no podrán mantenerlas dada la superior potencia de fuego del enemigo, así como la rivalidad larvada entre los partisanos badoglianos (azules) y garibaldinos (rojos).
Fenoglio narra el proceso que, tras su voluntaria incorporación, va desde las primeras escaramuzas a los enfrentamientos más cruentos. Describe la precariedad de la lucha partisana contra un enemigo más poderoso, la carencia de suministros siempre pendientes de la ayuda inglesa que muy a duras penas compensa con un ejercicio de voluntarismo, las peculiaridades de un ejército improvisado, a la intemperie, sometido a la desbandada una vez el enemigo ocupa su territorio natural y sus componentes quedan abandonados a su suerte. Así, uno de los episodios más dramáticos narra en detalle la huida desesperada por la propia supervivencia ante el avance fascista.
Pero El partisano Johnny es también una novela sobre la camaradería y la lealtad, sobre los vínculos que se forjan entre combatientes, describe cómo van cayendo uno a uno hasta que solo queda Johnny como una especie de fantasma que deambula por las colinas ateridas de frío tras la desbandada, negada la vuelta a la casa de sus padres, en espera de un próximo llamamiento a la movilización.
Por el momento en que fue escrita: los años posteriores a la II Guerra Mundial, y por su temática: el protagonismo de la gente corriente, humilde, de sus vidas y circunstancias en un momento histórico complejo, delicado, que lo mismo los reduce a la miseria que los eleva al heroísmo, la novela entronca con el neorrealismo.
Los hechos, con una fuerte carga autobiográfica, se narran en la voz de Johnny, su protagonista, un joven estudiante de Lengua y Literatura inglesa que, reclutado por el ejército italiano al inicio de la guerra, participa de la desbandada general del 8 de septiembre de 1943 que siguió al pronunciamiento del general Badoglio contra el régimen fascista. “Acompañaba desde siempre a Johnny una vaga, gratuita, pero agradable y agradecida reputación de impracticidad, de cabeza en las nubes, de literatura en vida”, es como se nos describe al protagonista en la primera página.
La novela está narrada de forma desapasionada, con un cierto distanciamiento de los hechos como si se pretendiera dejar a hablar a estos por sí mismos. Llama la atención, eso sí, la repetida inserción de palabras y expresiones inglesas, empezando por el propio nombre del protagonista, en medio de cualquier frase, una especie de licencia que se permite el guerrillero como si así nos recordara una y otra vez cuál es su vocación a la vez que su condición de combatiente improvisado. Pero no es la única: el narrador se permite también licencias en la creación y transformación de términos en su lengua original. Resulta, asimismo, un poco desconcertante el brusco final de la novela.
Pese a sus peculiaridades y licencias nos hallamos ante uno de esos preciosos documentos a través de los cuales la microhistoria se impone a la historia oficial: una novela definitiva, por su calidad humana y altura narrativa, para conocer de primera mano el fenómeno partisano en Italia y para comprender un episodio fundamental de la historia reciente de ese país.