Si te viera cada mañana como ahora, desdibujada por el sueño, la luz del alba entrando de rondón por la ventana, tu cuerpo iluminado y desnudo huyendo de la noche; si susurrara tu nombre para retenerlo un segundo más antes de dejarme llevar, de nuevo, al mundo de las mentiras; si no buscara en ti la proyección en blanco y negro de una musa antigua, y te dijera que eres igual de hermosa que el día que nos descubrimos; si te confesara que siempre fuiste tú aunque me alejara deslumbrado por otros sabores… Quizás si hiciera todo eso no tendría hoy que arrepentirme al verte marchar.
Todo está inventado, pero ¿ todo está combinado? Una foto, unas letras y dos ilusiones.
Yo propongo la fotografía y un amante de la escritura le pone palabras.
Paula Arbide