El viejo de joven fue niño
El viejo no ve de cerca
y, de lejos, ya lo vio todo.
Entonces, ¿qué mira cuando baja a la playa y se sienta?
No tiene nietos y busca en las olas
restos de algún naufragio solidario.
El viejo de joven fue mago de arrabal.
Hasta contaba los trucos antes de hacerlos.
De tan honesto, le llovieron palos
y vendió su magia en un casino.
Fue crupier de smoking y mano de rayo.
De tan tramposo, le cayeron más billetes
que a un trilero tuerto.
Compró casa, mujer y flores.
Montó un establo y crió caballos.
Un día una valla le enseño los dientes.
Hoy bebe con pajita y sorbe purés de sobre.
Antes de mago fue niño
Y se portó mal con su madre.
La mujer sólo creyó en su magia
cuando se hizo rico.
Y le quitó la palabra por no haberle mentido de crío.
Antes de morir de parto obligado,
le pidió un milagro:
que le enseñara un truco
sin mostrarle las manos.
Pero él nunca supo engañar al engaño.
Así que la mujer se fue al limbo
sin orgullo de madre.
Y ahora él, cada mañana,
baja a la playa con una sombrilla
y una cometa escondida en la manga.
Si sopla mucho viento,
se olvida de las olas grises.
Lanza al aire su juguete
y se lo pasa bomba descubriendo los colores
que baten sus alas.
Todo está inventado, pero ¿ todo está combinado? Una foto, unas letras y dos ilusiones.
Yo propongo la fotografía y un amante de la escritura le pone palabras.
Paula Arbide