La dama de hierro cuenta la historia de Margaret Thatcher. No es el biopic al uso, sino una película con abundantes y excelentes saltos en el tiempo que nos retrata, desde la decadencia senil de la primera dama británica, los recuerdos estelares de su carrera política. La anciana sigue hablando con su difunto esposo, quien se le aparece a todas horas. La mujer que triunfó en un mundo de hombres convive obsesivamente con su marido. Y el guión deja colgadas de la pantalla las preguntas imprescindibles. ¿La hija de unos oscuros tenderos triunfó gracias a su esposo o a pesar de él? ¿Se casó por amor o porque la envidiable posición económica del varón garantizaba un fácil acceso al poder? ¿Fue ella su propia creación, la responsable última de su éxito, o lo fueron los hombres que tuvo alrededor? ¿Por qué se triunfa en política? ¿Y para qué?

La delgada línea roja fue una premiada y larga cinta bélica de finales de los años noventa que se centró en la oscura conquista de una isla del Pacífico en el contexto de la batalla de Guadalcanal. En el marco de un bellísimo paisaje y ante el mutismo de las pacíficas tribus locales, soldados y mandos luchan a brazo partido y contemplan horrorizados, perplejos o indiferentes la negra marea de bajas. El presunto heroísmo de cualquier guerra cede ante las preguntas sin respuesta que toda conflagración plantea. ¿Por qué morir en combate? ¿Para qué? ¿Dónde está el límite entre la sumisión y el desacato? ¿Cuándo queda suspendida la moral civil y se aplica la dudosa moral bélica? ¿Existe la moral bélica o es, tan sólo, un obsceno señuelo?

La historia del año es un relato de Andersen que celebra el lento-paso-rápido de las estaciones. El ritmo, el ciclo, es el motor de un relato con una bandada de gorriones como protagonistas y alegóricos personajes como el señor invierno o los niños primavera.