Y después de volar, regresar a la miseria cotidiana, hecha de insultos y gafas baratas.
Si la escritura no te maltrata no eres un inquisidor.
Mira ese cielo de abril: es móvil como tú, que investigas un sentido entre las nubes.
Se multiplicó en los espejos de su imaginación para entender su ser cambiante.
La libertad de la palabra. La poesía como una dictadura.
Si no confundís escritura con oración, palabra con universo, jamás seréis de los míos.
Y después de volar, regresar a la miseria cotidiana, hecha de insultos y gafas baratas.
Venía un cambio de época que se anunciaba entre líneas.
Después vendrán a decirnos lo que sucedió. Pero yo lo pronostiqué en frases cortas y manuscritas.
Renegó de la novela por su simpleza abarcante: en el aforismo se sentía neto, como una foto en blanco y negro.
Su ansiedad provenía de una pregunta obsesiva: ¿por qué no puedo abrazar el paisaje?