Arun Kolatkar, Collected poems in English, Bloodaxe Books, 2010.
El corazón de la ruina
El techo le cae a Maruti en la cabeza.
A nadie parece importarle.
A Maruti, a quien menos.
Quizá prefiera que los templos sean así.
Una perra callejera y sus cachorros
han encontrado sitio
en el corazón de la ruina.
Quizá prefiera que los templos sean así.
La perra, alerta, te mira cruzar
un umbral de escombros de azulejos rotos.
Los cachorros parias le corretean por encima.
Quizá prefieran que los templos sean así.
El de las orejas negras se aventura un poco.
Pisa un azulejo y hace un ruido.
Eso basta para infundir terror en el corazón
de un escarabajo
y hacer que corra a cobijarse
al amparo de la caja rota de las limosnas
que no tuvo ocasión de escapar
de debajo del peso aplastante de una viga.
Ya no es un lugar de culto este lugar
sino nada menos que la casa de dios.
Heart of Ruin
The roof comes down on Maruti's head.
Nobody seems to mind.
Least of all Maruti himself.
May be he likes a temple better this way.
A mongrel bitch has found a place
for herself and her puppies
in the heart of the ruin.
May be she likes a temple better this way.
The bitch looks at you guardedly
past a doorway cluttered with broken tiles.
The pariah puppies tumble over her.
May be they like a temple better this way.
The black eared puppy has gone a little too far.
A tile clicks under its foot.
It's enough to strike terror in the heart
of a dung beetle
and send him running for cover
to the safety of the broken collection box
that never did get a chance to get out
from under the crushing weight of the roof beam
No more a place of worship this place
is nothing less than the house of god.
Una vieja
Una vieja se te prende
de la manga
y te sigue adonde vayas.
Quiere una moneda de media rupia.
Dice que te va a llevar
al santuario de la herradura.
Tú ya has estado ahí.
Igualmente cojea junto a ti
y te agarra la camisa aún más fuerte.
No te va soltar.
Sabes cómo son las viejas.
Se te pegan como sombras.
Te giras y la encaras
con un gesto como de zanjar.
Quieres acabar con la farsa.
Cuando la oyes decir
«¿qué otra cosa va a hacer una vieja
en estas colinas miserables?
Miras directo al cielo.
Atravesándole los boquetes de bala
que tiene por ojos.
Y conforme la miras
las grietas que empiezan en torno a sus ojos
se expanden más allá de su piel.
Y las colinas se agrietan.
Y los templos se agrietan.
Y el cielo se viene abajo
con un estrépito de vajilla
alrededor de la bruja irrompible
que es lo único que queda en pie.
Y tú eres reducido
a tanta calderilla
en su mano.
An Old Woman
An old woman grabs
hold of your sleeve
and tags along.
She wants a fifty paise coin.
She says she will take you
to the horseshoe shrine.
You've seen it already.
She hobbles along anyway
and tightens her grip on your shirt.
She won't let you go.
You know how old women are.
They stick to you like a burr.
You turn around and face her
with an air of finality.
You want to end the farce.
When you hear her say,
"What else can an old woman do
on hills as wretched as these?"
You look right at the sky.
Clear through the bullet holes
she has for her eyes.
And as you look on
the cracks grietas that begin around her eyes
spread beyond her skin.
And the hills crack.
And the temples crack.
And the sky falls
with a plateglasss clatter estrépito
around the shatter proof crone
who stands alone.
And you are reduced
to so much small change
in her hand.