Este es el punto de partida de la noche que las dos mujeres, después de años sin verse, van a pasar juntas recorriendo la ciudad; una noche en la que el secreto no revelado de Eli ...
Eli es crítica literaria y esconde un secreto. Se adentra en la treintena, es verano, está trabajando en un reportaje sobre novela negra y, mientras oscurece, se arregla en su ático nuevo para reencontrarse con su mejor amiga de la facultad, Lucía, que trabaja con Reporteros Sin Fronteras y ha aterrizado en Madrid para asistir, en la sede de la ONG que representa, a la inauguración de una exposición fotográfica a la que ha invitado a Eli.
Este es el punto de partida de la noche que las dos mujeres, después de años sin verse, van a pasar juntas recorriendo la ciudad; una noche en la que el secreto no revelado de Eli, relacionado con la ausencia de su última pareja, Miguel Echarte, adquirirá en la imaginación de Lucía la magnitud de un crimen; y en la que realidad y ficción se irán encadenando sin límite, planteándole al lector un extraño juego de muñecas rusas, cuya solución parece esconderse en las páginas de la novela policiaca que Eli lleva en el bolso. La novela, escrita por un autor anónimo, se llama La clave está en Turgueniev.
Nos encontramos ante el dibujo de una línea finísima que separa la realidad y la ficción; la misma línea que en nuestras vidas cotidianas diferencia la verdad de la mentira, lo que soñamos de lo que realmente nos ocurre... y lo que Marina Sanmartín persigue con La clave está en Turgueniev es identificar los filtros invisibles que influyen en nuestra percepción de los acontecimientos y los manipulan, deformándolos.
Cada uno de los personajes de esta historia habita su propio mundo y actúa guiándose por sus propias certezas e intuiciones. ¿Y si la realidad no existe?