Publicado el 3 de julio de 2012 por Gozoa Jiménez
Francia sigue como siempre, nada nuevo. El viaje se nos hizo eterno porque salimos con el tiempo justo y temiendo no llegar a Londres para escuchar a Eli Tolaretxipi. Desde Barakaldo hasta Burdeos nos llevó un tipo oscuro, de la tribu de Hank, y como peaje tuvimos que leerle poemas de su adorado Bukowski y de Karmelo Iribarren. Nos hizo bajar en Burdeos con la disculpa de que se quedaba en la ciudad a beber vino, pero el motivo real fue que mi compañera Itziar Uriarte (Hueco, editorial Sine Die, 2011) cometió el error de decirle que somos poetas metafísicas. Yo añadí que antes de fin de año seremos doctoras en Filosofia Pura, y su mirada de asco fue una premonición. Se limitó a decir, en plan chulo: “La muerte es una pérdida de tiempo”. Pero no aclaró si era un verso suyo o de otro. Y la gente que no especifica las citas, no es de fiar.
En Burdeos, sin embargo, no pudimos ni comernos un bocadillo. Había en la carretera infinidad de poetas, editores y enganchados al verso camino de Londres, y nos cogieron casi al momento. Tuvimos suerte, eran una pareja de evanescentes de Madrid. Escriben juntos, se llaman LooR, con un blog del mismo nombre, y han publicado Poesía sumergible I y II. Con ellos no fue necesario esconder nuestra filiación, les gustó saber que pertenecemos al colectivo Ascensión Metafísica, por hipocorístico Txoni Metafísica, y que somos feroces argumentadoras en favor del pensamiento puro y duro. Me puse como ejemplo y les leí, con el énfasis congelado que me caracteriza, algunos poemas de mi último libro (No Ni Na, editorial Sine Die, 2012) y me aplaudieron y me silbaron, como debe ser. También ellos son forofos de Tolaretxipi, y hasta llegar a París no hicimos otra cosa que diseccionarla. Ellos coincidían, son muy coincidentes, en que el motivo que los arrastraba hasta Londres era el principio del poema “Dolor”:
Lo primero que pierdo al caer
en el pozo es la sintaxis.
Todos coincidimos en que es el hit puntero de este verano. Nosotras se lo oímos recitar a ella, in person, en el parque de Doña Casilda Iturrizar, de Bilbao. Llovía con ganas, Eli llevaba una chaquetilla china o japonesa de color dorado y, después de leer ella, dejó de llover. A los madrileños les pareció normal. Eli es prodigiosa. Meteorológica. Sus incondicionales sufrimos esperando que la editorial Trea publique de una vez Edgar. A ver si espabilan. Ser escogida para representar a Spain en la Olimpiadas poéticas de Londres 2012 no es cualquier cosa.
Del Eurotúnel no voy a decir nada que me agobia.
Londres sigue como siempre, alguna cosa nueva. En otro post, cuando regresemos a casa, mi compañera Itziar dará cuenta de las incidencias sucedidas en la Pérfida Albión. Sólo adelanto que saludamos y besamos a Eli, que puso su firma en la escayola de mi brazo, que el bobo del presentador era incapaz de decir de corrido Tolaretxipi y que un poeta gaitero escocés le susurró al interior del fuelle unas cosas tan místicas que hubo hasta desmayos. De impresionar.
Ha sido un deber neuronal asistir este año al Poetry Parnassus. Una gozada.