La palabra eneagrama deriva del griego «ennea» (nueve) y «grammos» (figura). Esencialmente, el eneagrama describe nueve personalidades básicas, denominadas eneatipos, representadas a través de una figura geométrica circular con nueve puntas.
Su origen permanece envuelto en misterio, si bien es posible que tenga su origen en la mística sufí, una secta mística del Islam cuyos inicios se remontan a los siglos X y XI. Al parecer, la mística sufí buscaba el acercamiento a la divinidad, lo que resultaba difícil bajo la influencia de ciertas pasiones malsanas. Otras teorías apuntan a que pudo originarse en Babilonia, Afganistán o, quizá, algún otro lugar del Medio Oriente, hacia el 2500 antes de Cristo.
El eneagrama es introducido en Occidente en la década de los años sesenta, de la mano de Óscar Ichazo, con el objetivo de lograr un cambio profundo en el ser humano, propiciado a través del autoconocimiento. Anteriormente, el eneagrama había sido popularizado en Occidente por Georges I. Gurdjieff (1870-1949) y su discípulo Piotr D. Ouspensky.
Gurdjieff estuvo fascinado desde muy temprana edad por el conocimiento esotérico, lo que le empujó a viajar repetidamente hasta topar con la Hermandad de Samouni, fundada en Babilonia hacia el 2500 antes de Cristo, sintetizando el conocimiento adquirido junto a diversas tendencias, recopiladas a través de la lectura y la experiencia surgida de sus viajes, dando origen al eneagrama.
El sicólogo Óscar Ichazo ha contribuido notablemente a su desarrollo a través de sus estudios. Desde la década de los años cuarenta, cuando todavía era un adolescente, Ichazo participaba en grupos esotéricos buscando técnicas para alterar la conciencia: zen, sufismo, cábala, yoga, budismo, confucionismo y las enseñanzas de Gurdjief. Fue Ichazo quien introdujo la correlación de sus nueve tipos de personalidad básica en el eneagrama. Finalmente, el siquiatra Claudio Naranjo, discípulo de Ichazo, ha publicado una extensa obra en la que analiza y desarrolla el eneagrama y los diferentes eneatipos.
El eneagrama es como un reloj de nueve horas que en un momento de crisis se detiene en una concreta, denotando con qué personalidad básica vamos a responder ante circunstancias adversas. Es muy interesante conocer el mapa básico de nuestra personalidad, a través de los test, y realizar una profunda introspección que dé paso a la consciencia de nosotros mismos. A través de él es posible trazar un mapa de cómo es nuestra personalidad. Algunos sicólogos incluso hablan de él como un test de personalidad y actualmente es utilizado por organizaciones de todo el mundo (Apple, HP, Boeing , etc.), incluido el FBI y la CIA.
A escala individual, el eneagrama ayuda a desarrollar mayor autoconciencia y aceptación de uno mismo, asumiendo finalmente la responsabilidad de nuestro comportamiento, reconociéndonos como fuente principal de los problemas y dificultades. Se ocupa, asimismo, más del comportamiento normal que de las patologías: «Todos nacemos con una tendencia más o menos marcada hacia una personalidad concreta. Sobrevivir en sociedad supone adoptar ciertas actitudes que conforman rasgos o tendencias básicas, pertenecientes a uno o más eneatipos, que conforman nuestra personalidad. Cuando el carácter enferma, aparece la neurosis y la enfermedad».