Tras cerca de una década inmerso oníricamente en el mundo del cliché fotográfico, tras haber expuesto en varios y diversos lugares, y haber concursado con mayor o menor éxito durante unos años, resultaba que no tenía un libro decente o digno que mostrar y que reflejase parte o la totalidad de mi obra.
Ante estas conclusiones, decidí embarcarme en el proyecto y la aventura de variar mi rumbo fotográfico, de profesionalizarme un poco, aunque fuera mentalmente, y por qué no, de publicar un libro. Un libro que reflejase la parte más representativa de mi personalidad y que recogiese las imágenes con las que me siento más identificado. Decidí titularlo Diario de un Fotógrafo.
Podríamos decir que es un compendio de las imágenes que más me gustaban.
Miguel David o “la foto que me hace reflexionar”
Nací hace unos años –más de los que yo quisiera– en un pueblo cercano a Valencia, exactamente en Manises. Actualmente resido, siempre que puedo y el trabajo me lo permite, en Moraira (Alicante), “(…) donde, desde mi atalaya, contemplo la inmensidad del Mar Mediterráneo como si de una metáfora soledosa se tratase (…)”, huyendo de la contaminación, de los ruidos y de la masificación.
En cuanto a la fotografía, que es lo que nos interesa –si no recuerdo mal–, llegué a ella cronológicamente tardío, allá por 1988. A decir verdad me introduje en la fotografía como una aventura –me atraía y cautivaba– y sigo en ella por placer y divertimento, ya que me sigue fascinando.
Por lo que se refiere a mis exposiciones, la primera fue en el Corral del Pato, peculiar nombre para peculiar lugar, en Gata, Alicante (1995). También tengo buenos recuerdos de la exposición de la CAM de Torrent (1998) y Agfoval (1999); de las realizadas durante 2003 y 2004, con motivo de la edición de Diario de un Fotógrafo; y durante 2008, con motivo de la publicación de Silencios y Soledades. No quiero olvidar la exposición PNT, incluida en Valencia Fotográfica 2010.
Y, por supuesto, de lo que más orgulloso estoy hasta el momento es de la publicación de los libros Diario de un Fotógrafo y Silencios y Soledades, donde pude aunar el esfuerzo de varias Casas de Cultura –“las mejores Casas de Cultura”, según Rafa Prats– para su realización. Asimismo, pude comprobar que con la edición de libros la repercusión mediática era algo superior, tanto por las revistas (portafolios en la revista SuperFoto, La Fotografía y Casanova) como por la promoción fotográfica (entrevistas en emisoras de RNE y SER y en televisiones locales de Denia, Alzira, Altea, Torrent, etc.). Ahora estoy trabajando en el proyecto de un nuevo libro, PNT BLNC, aunque estoy en la peor fase: buscar de subvenciones (sin comentarios).
En mis planteamientos fotográficos, siempre he sido una persona mucho más preocupada por el concepto, la abstracción y el hallazgo de formas que por la toma de una foto social, comprometida o cruda. A veces me he preguntado sobre el porqué de esta predilección y no consigo dar con la respuesta. Cuestión de gustos, de educación o de forma de entender la vida… Insisto en que en mis conceptos siempre tomé la vía intimista, la de la foto interior, subjetiva y personal huyendo de los tópicos y reportajes “fáciles”.
Últimamente estoy sacando la cámara a la calle, a pasear. La verdad es que me divierte, pero sigo prefiriendo la foto conceptual, la foto abstracta, imprecisa e indefinida. En pocas palabras, la foto que me hace reflexionar. Me gusta que la gente que contempla las imágenes deje de ser espectadores pasivos y que se conviertan, a través de la interpretación y de la imaginación, en unos cómplices creativos de la obra.
En PNT BLNC, mi próximo trabajo, vuelvo a enfrascarme en la foto metafórica y conceptual, donde a través de profundos negros y oscuras cavernas descubrimos la luz, la verdad.