Diez haikus
Isabel Alamar Torró
Poética
¿Por qué escribo poesía? No lo sé. Pertenece a ese tipo de preguntas cuya respuesta podría estar uno planteándose el resto de su vida y apenas lograría dar con algún atisbo, alguna aproximación a lo que sería la verdad. Si he de ser sincera, prefiero ni siquiera intentarlo… Para mí lo más importante que tiene la escritura es precisamente ese halo inexplicable de magia… esa alquimia, ese poder de conexión con nuestro yo profundo, ese abrirte y conectarte a otros mundos, y todo eso no deja nunca de sorprenderme… Y poder hacerlo, manejar a veces esas llaves, es simplemente maravilloso y me hace sentir bien ☺. No hay que darle más vueltas, ¿no os parece?
Biografía de Isabel Alamar Torró
Nacida en Valencia, ya con tres años dio muestras de su talento artístico al subirse sin ser invitada a un escenario para cantar y bailar. Más tarde formaría parte importante del coro de su colegio y se tomaría muchos cafés en los bares con sus amigas, con las que siguió desarrollando dicho talento musical aunque ya empezaba por aquel entonces a emborronar libros y libretas con poemas o algo parecido. La verdad es que siempre fue una buena estudiante, que destacó sobre todo en dos campos: gimnasia y lenguaje. Finalmente, se licenció en Filología Hispánica. Y con el tiempo fue dando vueltas a un proyecto muy personal CasaEscritura.com. Se trata de un portal, una empresa de servicios lingüísticos…, en fin, lo mejor es que, si desean saberlo, entren: http.www.casaescritura.es. Hasta la fecha, su obra poética sólo ha sido recogida en antologías y revistas literarias, pero gozando siempre de buena acogida, digo yo que será por algo o eso espero ☺. Gracias.
Vibra el viento
y remueve tus ondas
en lo profundo
Crujen las hojas
bajo mis pies descalzos,
tiempo de rosas
Desbaratado,
corazón, ponte en pie,
empieza el día
Eclipse total,
tu boca en mi boca
apaga el mundo
El viento sopla
con fuerza y levanta
hojas de otoño
Entre las flores
descansa mi corazón,
retumba el rayo
Hoy mis sandalias
de pétalos caídos
se han llenado
Olas que nos arrastran
al mar con su reflujo
de conchas rotas
Se ha abierto,
por completo, la rosa,
intenso aroma
Se ha parado
una abeja en el centro
mismo de la flor