La France, la Fête
Ricardo Triviño
Tras haber leído los dos números Fresa y Chocolate, de Aurelia Aurita, La espinaca de Yukiko y Tokio es mi jardín, de Frédéric Boilet, y Pecados veniales y Antikamasutra, de Arthur de Pins, pensaba que no quedarían muchas sorpresas más. Pero era mentira. En Francia lo están haciendo muy bien aunando sexo y viñetas.
Los dos últimos descubrimientos han sido Happy Sex y Love Blog, publicados ambos por Norma Editorial. El primero es obra de Zep, un autor suizo que en España ha pasado más bien desapercibido pero que en el mundo francófono rompió moldes con su tremendo Titeuf (Glénat), cuya Guía sexual (Salvat) para jóvenes levantó gran revuelo por su franqueza asesina de abejas y cigüeñas.
Con su estilo inconfundible de muñecos narizotas y vivos colores, Zep sintetiza en una sola página anécdotas que tratan del sexo más convencional al sado, el fist-fucking o el ménage-à-trois. Las historietas están llenas de ingenio y son realmente divertidas. En pocos trazos y con las líneas justas de diálogo, perfila tipos y conversaciones reconocibles y cercanos.
Fascina ver cómo el autor ha conseguido abordar el sexo sin cambiar de estilo. Que Titeuf ya tenga cierto punto malicioso y picante en la línea de El pequeño Spirou (Kraken) no le resta mérito. La verdadera dificultad de conseguir un estilo transversal se muestra en cómics como el magnífico León el terrible (Glénat), donde los desnudos trazados bajo la línea clara del cándido Tintín son sin duda un épatement.
En Love Blog lidian Gally (Mi grasa y yo, Norma) y Oblion (La mazmorra crepúsculo. Revoluciones, Norma). Ambos dibujantes abrieron su propia bitácora virtual para comunicar su amor en la distancia. Surgía entonces una ristra enorme de breves historietas llenas de picardía y sexo desenfrenado, hojas binarias donde exponían sus intimidades y filias a la insaciable red de redes.
El trasvase de un medio a otro ha conllevado una acertada selección, que da unidad al libro, cohesión que en Internet quedaba, como es lógico debido al proceso, más dispersa. Muchas historietas han sido vueltas a dibujar para hacer más coherentes los estilos de ambos autores. Es muy interesante ver los cambios, las diferencias, y saber cuánto han llegado a acertar y mejorar con la edición en papel.
A diferencia del resto, Love Blog no es eternamente abrazable. Hay coincidencias, hay secretos compartidos con el lector que pocos se atreverían a confesar, que hasta pueden causar rechazo como la olfactofilia de Obion con el sudor de Gally o la afición de ella por cocinar con su aceite más personal. Puede, incluso, que con este juego de realidad y ficción muchos colegas dejen de ir a sus cenas.
Uno y otro son excelentes lecturas para reírse de los tabúes y con ellos, para destapar el inconsciente burka que colocamos sobre el sexo y para dejar de sentirse solos en este maremoto de lo políticamente correcto y artificial. No somos turgentes cuerpos de superhéroes infatigables ni lefantasiosos hikikomori incestuosos. Es más posible que nos hayan dibujado un poco más arriba de los Pirineos.