Microapuntes
Txus Velasco
No te vuelves lúcido de repente. Sucede que tu experiencia habilita ahora una boca que nació prudente.
Lo que queda es una escritura exigente y solitaria que quizá no se resuelva en verdad, pero sí en testimonio.
¿Cómo dar fe de este derrumbamiento sin caer en el tópico apocalíptico ni en la burda demagogia? Terminando a tiempo la frase.
Ahora se desmonta el artefacto como antes se armó. Y el pueblo, como siempre, ajeno a su futuro.
No dar importancia a la escritura, dejar que suceda. Y pensar en ella todo el rato.
Las migas en el suelo y los platos sin lavar. El hombre centrado en su tarea.
Lo evidente para uno, lo ignorado para otro. Es el precio del silencio.
Como cerrar las puertas una buena temporada. Y mirar por la ventana mientras se escribe con la mano.
Tras escribir un ratito, buena lectura. Y esperar de nuevo el efecto bumerang.
Llegar a la paz con uno mismo gracias al trabajo y la rutina. Y alegrarse de ser un invierno que camina.