En las distancias cortas. Mascotario (V)
Kerman Arzalluz
El jaguaraugaj
Es un felino de nombre y costumbres capicúas. Es –era– fiel amigo de ese mamífero parecido a la jirafa llamado ocapicúa, con el que comparte su afición por los palíndromos como zorra-arroz y Roma-amor. Por cierto, amor es lo que a menudo siente el jaguaraugaj por el ocapicúa, el amor más puro, ese que siente el león por la gacela, de modo que en el mapa genético del ocapicúa se ha ido instalando con el paso de las generaciones el recelo y a día de hoy ya no es el ocapicúa cachondo y confiado de antes y se muestra circunspecto, taciturno y cetrino.
El comportamiento del jaguaraguaj es sumamente extraño y su nombre da fe onomatopéyica de ello: en su trato con los demás, siempre comienza riendo y termina asqueado, por lo que ha terminado por convertirse en un lobo solitario que ni siquiera es bien recibido por las manadas unipersonales de lobos solitarios.
The awful monsters
The iron claws, the steel jaws, the bushwhacker, the bones crasher son especies cuyo hábitat natural se encuentra en tierras anglosajonas. Todas ellas son bestias salvajes, sanguinarias y crueles, dotadas de poderosísimas armas de ataque. Además, no necesitan matar a su presa antes de devorarla, por lo que, nada más apresarla, comienzan a arrancarle pedazos entre insoportables graznidos, aullidos, bramidos o barruntos –según la naturaleza de la víctima–.
Estas especies situadas en el más alto escalafón de la cadena trófica han descubierto que pueden hacer su agosto con pasmosa facilidad en la cuenca del Mediterráneo, en concreto, en España, Italia y Grecia, donde la mayoría de los animales no capiscan ni una pizca de inglés y, por tanto, no desconfían de esas fierecillas cuyos nombres definen a las claras unas características nada halagüeñas.
A dios gracias, la cultura ha salvado algunas especies mediterráneas del bushwhacker, pues ésta fue la denominación que utilizó como nombre artístico una pareja de luchadores de la World Wrestling Federation y, viéndoles a ellos, cayeron en la cuenta de que intenciones buenas, the bushwhacker no podía tener.
El pizzigato
Felino de pequeño tamaño compuesto de trozos triangulares de pasta harinosa, jamón, champiñones, albahaca y mozarella, de Buitoni. Le encanta que le pellizquen. Se encuentra en peligro de extinción y sobrevive en pequeñas colonias por las cloacas que recorren el submundo de la Opera de París, el Royal Albert Hall y el Metropolitan.
Fue mascota de compositores como Mozart y Monteverdi.