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Enrique Gutiérrez Ordorika
Creación
Aquella nubecilla anónima… Sin aguacero. Atravesada por la lanza. En forma de pájaro. El brazo del lanzador aún pendido del aire. Y el poeta, con un verso… Mirándole a Dios. Con evidente envidia.
Elipsis
Toda tu pena alimenta mi alegría, toda mi alegría tu pena. Somos vasos comunicantes, con mareas que avanzan y retroceden en la playa de la certeza presente, movidos por la atracción de la luna de la elíptica interrogación.
Designio
La mujer arponeando la simiente en el vado del río. El hombre vomitando cóncavo al caño de la fuente. Dios desparramando su desidia entre la almohada de nubes. Y el agua huyendo, hasta la última gota, por el cauce de un tiempo que pronostica persistente sequía.
Existencia
El arquero tensó la cuerda del arco con un temor tenue armado en el latido. El orate le había predicho el viaje de la flecha y la diana expandiéndose como un espasmo en su diminuto corazón...
La vida atrapada en la superficie de la esfera aguarda el impacto circular de la muerte. El torso bicéfalo contiene asesino y moribundo. Dios presta la pala al enterrador que sella la tumba, enciende el cirio y olvida la oración. Nada a la nada vuelve.
Tú abres y cierras la mano. Tú, tú que habitas los confines del universo inaccesible.
Dilema
El viajero duda entre subir al vaivén del columpio o al giro del tiovivo. Y el camino se ríe porque sabe que conduce a ninguna parte.
Cuarteto de Imagos
I
Tres ranas en la lejanía. Dos saltos en la proximidad de los pasos. Una la soledad del estanque.
II
La verdad innominada, la boca y todas las preguntas...
III
La manada de ratones abrazados de la cola. Hermandad acariciada por los bigotes del gato.
IV
Silogismo:
Significar es permutar el alfabeto. Hablar, dejar resonar los fonemas. Mentir, todo lo que no es silencio o garabato. La verdad o la nada.
Espera
Aguardé hasta convertirme en gusano. Y asomado a las órbitas de la calavera, aún divise la eterna largura de mi esperar.
Pensamiento
En la hora decisiva, el verso inútil o el lamento sin efecto adornarán la lápida de lo que no permanece.
Epitafio
Eras, pero has muerto. Permaneces en tu tristeza y en las palabras grises que te nombran y edifican tu olvido.