Luke

Luke nº 104 - Marzo 2009
ISSN: 1578-8644
Emilia Lanzas

Res nata

En el haiku actual y urbano la naturaleza es reemplazada por los coches, las naves industriales, la televisión, los adosados y los ascensores; la iluminación procede de las farolas y los semáforos, y la inmediatez es sustituida por la reflexión. La verdadera vida está oculta. Porque donde todo es un espectáculo, una cosmovisión, un seudo-mundo de imágenes que sustituyen lo cierto, es ahí donde el haiku recupera su fuerza, donde se convierte en una conquista por aprehender esa realidad vedada, donde se constituye en acto de libertad por descubrir aquello oculto, por describir la vida no falseada, no impuesta.

Ser fusilado
gaseado o hambreado
o trabajar

Es aquí en donde el haiku –transformado– tiene su lugar, porque es la poesía del que camina y conoce, del que siente y expresa o, como dice Rodríguez-Izquierdo: "Es la sensación desnuda: el resultado del deseo de no oscurecer". Precisamente esa es la esencia que aún se conserva en este libro, junto con la inmediatez, esa intuición que apresa el momento, tal y como el propio autor nos dice:

Descripción solo
de lo que aquí (me) ocurre
en este instante

En ese "(me)" está también la transformación de esta singular forma de versificar que, en sus orígenes japoneses, rehuía de la subjetividad del poeta o, al menos, de su presencia explícita. Pero esto es algo que después del romanticismo ya no tiene cabida. Como dijo Arnold Hauser, la "actitud subjetiva y egocéntrica se ha vuelto para nosotros tan obvia, tan indispensable, que no podemos ni siquiera reproducir una asociación abstracta de ideas sin hablar de nuestros sentimientos" .

En el espejo
un cretino me mira
diciendo "yo"

En el germen mismo del haiku –como de cualquier género o forma literaria– está implícita su posibilidad de renovación. El escritor vive en su tiempo. Y así, el haiku también ha cambiado tanto en el contenido como en lo que respecta a la regla silábica en cuanto al número de sílabas o en cuanto a la disposición de los versos. El humor y la sátira también han sido incorporados:

En este andén
los días laborables
ríe un mosquito

Así como los genocidios pasados, presentes y futuros:

No es un pogromo
es matar sin odiar
al elegido

"Ser objetivo, sin dejar de ser subjetivo; específico, pero sin perder la amplitud; sensitivo y, con todo, espiritual…, ésta es la meta del haiku", apuntó Blyth. E, incluso, Fernández Vítores le ha añadido –filósofo como es– el pensamiento y la abstracción; todo lo que puede resultar válido para que el que mira, muestre:

La destrucción
que encubre imaginar
un paraíso

Res Nata
Ficha técnica:
Res nata
Raúl Fernández Vítores
Ediciones Vitrubio, 2008