Luke

Zarzalejo Blues. The xx

Desde la lejana irrupción del cuarteto de Liverpool, raro es el mes en el que un nuevo grupo inglés no levanta grandes expectativas entre los medios especializados.

Este otoño, la sospechosa distinción de la prensa ingles ha recaído en un joven y tierno cuarteto londinense: The xx –reducido a terceto tras la reciente deserción por fatiga de su bajista–, cuyo álbum de debut, xx, se adscribe a la corriente minimalista: menos es mucho más.

POP contenido, atmosférico, con silencios de fondo y sutiles ribetes góticos, influencias –los ochenta en su vertiente sombría– bien asimiladas y engrasadas –nada de refritos– que apenas dejan rastro.

Música para escuchar con los ojos cerrados y las cortinas corridas, ideal como edulcorante de insomnios o como proyector de sombras amables.

Con álbumes como xx queda claro que la creación de expectativas es el triste consuelo de quienes no lo vieron llegar o no tuvieron modo de saber que ya estaba aquí.