Podríamos imaginar una ciudad acuática, sumergida bajo el mar, usar como referencia ciudades míticas que han fascinado a sus visitantes a través del tiempo como Petra, Alejandría, Babilonia…otro paso más sería redactar crónicas de viaje tal como lo hizo Marco Polo. Pero no nosotros vamos a hacer un pequeño recorrido por la búsqueda de un prototipo de urbe, ya que el hombre ha tratado de imaginar como sería la ciudad ideal en todos los períodos artísticos y eso se refleja en innumerables relieves, pinturas, manuscritos, películas, etc. Para hacer este recorrido enumeraré tres obras que reflejan esta situación a través de la historia del arte, no haré una propuesta de itinerario lineal ni será un viaje organizado. Expondré obras que a mi modo de ver han resultado vitales para comprender el concepto de megápolis, a continuación enumeraré estas obras a modo de dispositiva centrándome en los aspectos visuales.
Diapositiva 1. He escogido una película de ciencia-ficción para empezar este ciclo, concretamente “Metrópolis” de Fritz Lang, el filme se desarrolla en el año 2026 tiene todos los ingredientes que gustan a los devoradores de culebrones: acción, venganza, traición, lucha de clases, robots, un tirano y por supuesto una historia de amor que se presenta como la única solución posible al conflicto. Los rascacielos de “Metrópolis” nos recuerdan poderosamente a la ciudad de Nueva York, esto no es casual ya que el director de la película realizó un viaje a América y quedó impresionado al entrar por mar y observar el perfil de esta ciudad. Le debió suceder algo similar a lo que le ocurría a los viajeros que divisaban del faro de Alejandría. La arquitectura superior de Metrópolis recuerda construcciones de ciudades americanas como Chicago o Nueva York en tanto que la arquitectura de la ciudad subterránea se relaciona con los aspectos más sombríos de la existencia humana. Aparecen diversos elementos simbólicos como la catedral gótica y el jardín, estos espacios urbanos podrían asociarse indistintamente con la alquimia, la renovación, la espiritualidad. Por otra parte los edificios orientales se asocian con el pecado, con lo exótico, con el miedo a lo desconocido y con la sensualidad.
Diapositiva 2. La torre de Babel versus Las torres gemelas. En esta imagen enfrentaríamos a dos edificios de gran altura que forman ya parte de la historia de las civilizaciones por diferentes motivos. La torre como símbolo de la ascensión, de la superación y evidentemente de la conexión espiritual por otro lado desgraciadamente símbolo de la destrucción y de la repulsión. Según el génesis la construcción de la Torre de Babel era un pretexto para estar más cerca del cielo “edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo” eso mismo parece que hicieron los pilotos de los aviones que impactaros contra Las torres gemelas. Los humanos que tuvieron la idea de crear La torre de Babel pensaron “Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra” , esta Torre aparece representada frecuentemente durante su destrucción por lo que asociar esta iconografía al impacto de los aviones en Las torres gemelas de Nueva York no es muy descabellado.
Diapositiva 3. La obra de Miquel Navarro que tiene como tema la ciudad. Desde los años setenta este artista recrea la ciudad ideal en el sentido humanista, reinterpretando ideas de Vitubrio, jugando con la idea de vestigios o restos de civilizaciones pasadas. La serie ocupa al creador desde los años setenta para ello ha empleado materiales muy diversos (metal, arcilla, etc) que expresan la dualidad entre la naturaleza del hombre y sus construcciones. La urbe de la obra de Miquel es una ciudad basada en la horizontalidad, se expande aferrándose al suelo y en la que no es extraño que aparezcan edificios jerarquizados por alturas o tamaños.
La ciudad ideal, la búsqueda de un prototipo de belleza organizada no caótica es algo que ha preocupado a la humanidad desde que la civilización existe como tal. Este recorrido me ha hecho analizar tres de las imágenes más recurrentes de la ciudad, al alcance de todos está imaginar como sería la megápolis de nuestros sueños. Es más que seguro que se basará de forma inconsciente o no en ciudades ya aprendidas o descritas, como La Atlántida, Lisboa, París o New York… porque hablar de la ciudad es hablar de la memoria.
La arquitectura superior de Metrópolis recuerda construcciones de ciudades americanas como Chicago o Nueva York en tanto que la arquitectura de la ciudad subterránea se relaciona con los aspectos más sombríos de la existencia humana (...)