Hay quien vive en la música. Quien aprieta las cuerdas y le sale un paisaje. Los colores. Los sonidos. La memoria. Una voz dice si apoyas tu cabeza en mi pecho verás lo más anhelado.
Hay quien saca belleza del llanto. Quien hace bello el dolor. Los momentos. Los objetos. La mirada. Una voz dice cuando escucho esas notas el recuerdo taladra mis sienes de acero.
Hay quien pinta su cuadro. Quien se mira en el lienzo recordando paisajes. Un silencio. Una imagen. Un recuerdo. Una voz dice cuando cierro los ojos los colores del cielo son también los de sus ojos.
Hay quien busca en la noche una cama caliente. Quien si fuera por él dormiría en el suelo. La lucha. El tiempo. La herida. Una voz dice son esquivos los hombres que buscan su sitio en el mar.
Hay quien tiene un latido distinto. Quien camina en la sombra incluso si llueve. La mirada furtiva. El compás a destiempo. Los pasos cambiados. Una voz dice si vas por la acera mira mis ojos de loco encendido.
Hay quien tiene una madre que se acuerda de todo. Quien deja la ropa lavando y se marcha. El detalle. La hora. Tus sueños. Una voz dice los jardines se encuentran atestados de gente.
Hay quien mira el paisaje como si fuera su cuerpo. Quien tiene en el aire un aliado perfecto. La emoción. El instante. La sombra. Una voz dice contempla las rocas como si fueran el agua.
Hay quien guarda un secreto colgado del cielo. Quien oculta a los hombres su pasión misteriosa. Un código mudo. Un gesto parado. Un rostro invisible. Una voz dice no me hagáis más preguntas si no pensáis en silencio.
Hay quien busca en los campos la suave caricia del viento en la cara. Quien prefiere la arena para sentir ese gesto. El azar y el espacio. La vida y su pulso. El eclipse y la luna. Una voz dice aquellos buscan el mar como otros prefieren el campo.
Hay quien vive en la música. Quien aprieta las cuerdas y le sale un paisaje. Los colores. Los sonidos. La memoria. Una voz dice si apoyas tu cabeza en mi pecho verás lo más anhelado.