MÁS ALLÁ
Para Ana, que lo salvó
El amanecer los alcanza en plena discusión. Los ánimos están algo exaltados.
El escéptico- Sigo pensando que te lo inventas. El otro lado no existe. Son cuentos de viejas para asustar a los niños y a los imbéciles.
El creyente- Y yo te digo que los he visto. Una vez, fugazmente. Pero son horribles. Nada nos une a ellos....
El asustadizo- No quiero seguir escuchándoos. Esas son cosas con las que no hay que jugar.
El incauto- Pues yo he leído que es posible comunicarse con ellos. Podríamos probarlo...
Un ruido llega desde el pasillo. Todos se desvanecen en el aire.
* * *
MÁS ACÁ
Oscuridad.
Una pequeña lámpara se enciende y su escasa luz sólo deja ver la mesita sobre la que reposa y, junto a ésta, una silla. Un hombre joven irrumpe en el espacio iluminado. Se le nota intranquilo. Tras mirar a su alrededor con movimientos rápidos, se sienta en la silla. Con gesto concentrado, rompe a hablar:
HOMBRE JOVEN.- Espíritu, si estás ahí, da dos golpes.
En el silencio de la habitación resuena un único golpe. La lámpara se apaga.