URANIO EN LAS MANOS
El universo se detiene cuando te veo
los crímenes, los taxis, los incendios, la lluvia.
Todo se congela con sólo un parpadeo,
todo en espera en los pasos de cebra.
Te amo igual en la distancia claro,
un bombero que ríe y un fuego que sueña.
Miro tus ojos al abrirte la puerta
y mis aguas revueltas se calman,
el lago más cristalino y azul del Google Earth
no puede compararse a esta hermosa
y profunda sensación de existir.
Si esto era el amor, uranio en las manos,
no lo cambio por bonos en playas paradisíacas,
si esto era la vida, temblor e intensidad,
no te cambio por nada. Ya me puedo morir.
He vivido con creces y lo repetiría.
CEMENTO SOBRE HORTENSIAS
Por no hacer daño a quien tanto te amaba
renunciaste al vértigo de la felicidad.
Por no dinamitar laberintos y dudas,
por no robarle al cielo secretos y ambrosía
apagaste tu antorcha en los acantilados.
La belleza no es para los cobardes,
sostiene Gamoneda.
Miedo y pasión, cemento sobre hortensias.
Tiraste la toalla y cerraste los brazos.
Que nunca te arrepientas de esta luz invernal.