Y NO SABES
Dices amor y no sabes lo que dices.
Dices dolor y sientes cómo la vida
te coloca en un callejón sin salida.
Interrumpe tu voz bruscamente.
La vida necesita de la esperanza
de encontrar a alguien que te quiere.
Dices soledad y no encuentras a nadie.
Dices no puedo respirar y te sientes vacía.
Y te desprecias como se pierde la conciencia
cuando no tienes cerca a nadie.
Dices olvido que quiso como a pocos.
Dices amor porque no quisiste a nadie.
Ahora envejecen pupilas que se queman.
Las pestañas calcinadas ensombrecen
la vida que no ve lo que dices:
Amor, dolor, soledad, olvido.
Dices amor y no sabes si lo necesitas.
Dices dolor porque ves que existe.
Dices soledad que elegiste.
Olvido que tratas de olvidar para siempre.
NO SE ABRE TU NOMBRE
Tu nombre no se abre cuando lo nombro.
Tu nombre despierta sobre mi cuerpo
y vuelve, una y otra vez, como si nada.
Como si hiciera un agujero en la nada
tu nombre no es carne, no es seno,
no es misterio que codicie el hombre.
Tu nombre, sencillo de pronunciar
y fácil de recordar se me abre
ante los ojos en medio de la frente.
Donde no hay nadie tu nombre
emerge con fuerza: isla o virgen
en el fondo del mar. Lágrima
o viento con sabor a campo.
Vientre o cuerpo tu nombre.
Un secreto cuando lo nombro.
TU NOMBRE TIENE ÁNGEL
Te vas a dormir
pensando que no tienes nada.
Te vas a la cama
sabiendo que estás solo.
Te diriges al sueño
con una carta en la mano.
Te encaminas hacia la paz
y encuentras al daño.
Te defiendes del dolor
cerrando los ojos.
Te acurrucas en una palabra
pronunciada con cariño.
Te detienes en la noche
sabiendo que te queda poco.
Te preguntas qué será de ti
ahora que tienes miedo.
Te acuerdas cuando de niño
todo parecía un juego.
Te duermes leyendo la carta
como si la hubiese escrito otro.
ANTES DE CONOCERNOS
Deja las cosas sobre la cama,
déjalas sin darle importancia.
Deja tus recuerdos.
Deja tus sueños
tu tristeza con ellos.
Frío es el calor que nos daña
si piensas que la vida
tiene sus lamentos
como se olvida lo que duele.
Deja contigo esos fríos
en la cima del fuego.
Coloca las cosas inútiles
que tan importantes eran.
Déjalo todo como si nada.
LUEGO EL OLVIDO
Porque lo que sucede es verdad
tus ojos guardan sus máscaras dentro.
Porque lo que ves es apariencia
la vida se enfrenta a la realidad
para que su mirada no se acabe
en un túnel muy negro.
¿Qué es la vida que no tiene alma?
¿Qué la soledad que no tiene sueño?
No son palabras de consuelo
sino las que nos enfrentan en silencio
porque como no supimos amar
siempre que confieso algo
la vida desaparece de mis manos.
Siempre que recuerdo el pasado
la realidad me dice que hubo miedo.
Y si sólo es olvido el recuerdo
¿cómo lo daría todo
por perderlo todo de nuevo?
POR DELANTE
Hay muchas maneras de gritar.
Ella dice te espero, tú respondes no voy.
Con todo el tiempo por delante,
no haciendo nada, en silencio.
Hay muchas maneras de gritar.
Ella pregunta ¿me quieres?
Tú respondes no puedo saberlo.
Con rabia, con asco, con riesgo.
Hay muchas maneras de gritar.
A pulmón abierto. Con el corazón
en la mano. Temblando.
Con fuerza. Con miedo.
Hay muchas maneras de gritar.
Ella dice tu silencio, tu silencio.
Tú respondes no veo, no veo.
Hay muchas maneras de gritar.
Cerrando los ojos. Abriendo la boca.
Sintiendo, sintiendo.
LA SAL DEL AMOR
En la ciudad del amor
el cielo nos visita a menudo
con peces y náufragos
que te miran a los ojos y comen sal.
En sus calles húmedas
los hombres nadan desnudos
y resbalan los años
de la derrota mal digerida.
En las afueras de la impaciencia
los cuerpos se muestran al sol
y los labios lamen la sal que queda
en los senos y en la entrepierna.
Lloran a la intemperie
su insistencia sin darnos cuenta.
El mar cerca la sal del cuerpo
que la lengua dibuja con impaciencia.
Del volcán del deseo los peces brillan
con el color verde del horizonte.
Se fustigan indiferentes
las palabras y los secretos.
La sal del horizonte lo cubre todo
pero la herida no se cierra.
Algunos lo hacen con pena.
Otros se vuelven locos con su misterio.
TODAVÍA
Todavía hay cosas que no entiendo.
Todavía hay cosas dentro de mí
que no son mías.
Todavía cosas que me vienen de fuera
y no me pertenecen.
Todavía hay algunos todavías
que me hacen sentir perdido.
Todavía hay bastantes todavías
que me hacen caminar confuso.
Muchos todavías que no comprendo.
Todavía hay cosas cerca de mí
que son como de otro.
Lugares que son recuerdo todavía.
Sueños a los que regreso sin pretenderlo.
Amores que debo descubrir todavía.
Palabras a las que persigo desnudo.
Pasos en torno a un destino
que todavía no comprendo.
Cuerpos que se aproximan a mí
todavía.
Leer la poesía de Kepa Murua no es sólo sentirse reconocido en lo que habla y reconocer, en cada poema, los diferentes sentimientos de amor, dolor, pérdida, soledad, traición, olvido y hacerlos tuyos. También es disfrutar de su estilo rápido, casi siempre corto, y de su ritmo a golpes, aunque esta vez más suaves, que lo hacen todavía más profundo.
No es nada, publicado por Editorial Calambur, es el título elegido para su último poemario, un título que, como un bálsamo calmante, Kepa Murua pronuncia con la intención de atenuar sus penas. Y sin embargo es mucho lo que el lector encontrará en estos más de doscientos poemas que nos obligan a pensar sobre el tiempo que pasa y las verdades que llegan y que deja entrever detrás la mano nerviosa, sabia, peculiar y complicada de este poeta.
B. C.
No es nada
© Kepa Murua
© Calambur, 2008