¿Qué hay de nuevo, viejo?
Grupo surrealista de Chicago
Editorial Pepitas de Calabaza
Logroño, 2008
Una estupenda edición ilustrada -con el impulso del Grupo Surrealista de Madrid- es, sin duda, esta recopilación de textos y declaraciones del Movimiento Surrealista de los Estados Unidos, que abarca el período 1967-1999. Su andadura pública se inicia, por tanto, un año después de la muerte de Breton. Es en los Estados Unidos donde el capitalismo ha ejercido desde hace más tiempo su fuerza implacable y donde la libertad individual está más coartada y mediatizada, es ésta la razón fundamental para que estos escritos (la mayoría distribuidos en formato de pasquines, hojas volanderas y textos mimeografiados) conlleven una importante carga de lucha social y política y adquieran un carácter panfletario -en su bella acepción de escrito combativo- para mostrar la gran hipocresía del sueño americano o “la extrema precariedad de la condición humana”. Aunque dejan claro el carácter internacionalista de su Grupo, los contenidos que difunden tratan de denunciar aspectos concretos de la sociedad norteamericana (aspectos todos que ya nos son tan cercanos) para negar la pertinencia de los códigos, para incitar a la revuelta absoluta. Entre ellos: el racismo, la cretinización audiovisual e informática, el consumismo ciego, la pasividad paranoica, las ciudades deshumanizadas, la carrera espacial, el síndrome del centro comercial... Por otro lado, están los textos de “teoría” en donde defienden la vida por encima de cualquier arte subrayando que “en una sociedad fundada en la explotación, las barreras entre el arte y la comunidad –entre la práctica de la poesía y la vida diaria- son indispensables para quienes ostentan el poder”. Por eso su propuesta es de continua incitación a la acción directa, a la rebelión en todos los sentidos, a vivir la poesía, a perturbarse: “Somos seres libres. Tenemos como arma la certeza de poder destruir todos los obstáculos dispuestos contra nuestros deseos y de poder reconstruirlo TODO”. Y es aquí, en este amplio campo de posibilidades, donde surge el humor. Ya desde el título ¿Qué hay de nuevo, viejo?, se alienta al Bugs Bunny que todos llevamos dentro para que vaguee, ría, haga preguntas insidiosas y robe zanahorias al pequeño burgués Elmer, a tantos y abundantes Elmers. El humor que te hace salir de debajo de la tierra; el humor que destruye los aspectos ordinarios y desvía el espíritu hacia lo inesperado; el humor que nos desliga de lo conocido contribuyendo también a la creación de otra realidad.
Aunque dejan claro el carácter internacionalista de su Grupo, los contenidos que difunden tratan de denunciar aspectos concretos de la sociedad norteamericana (aspectos todos que ya nos son tan cercanos) para negar la pertinencia de los códigos, para incitar a la revuelta absoluta (...)