Luke nº93 Febrero 2008

Yo colectivo

Hace tiempo que la humana pretensión de eternidad comenzó a confundirse con la duración de la especie, hasta llegar a quedar reducida a un mero deseo de trascendencia entre los humanos; a un nombre en una inscripción, en una enciclopedia. A un signo de distinción en la memoria de los otros.

Perdido aquel valor extrínseco, el anhelo de inmortalidad se ha ido progresivamente resumiendo en el deseo de dejar huellas en las esquinas de cualquier página, de cualquier callejón.

Y, ahora (desvirtuado incluso ese afán de perpetuarnos en la memoria de la humanidad), la trascendencia se ha convertido en una bagatela, en unos minutos en televisión (despellejando frívolas emociones), o unas líneas en las noticias por haber cometido cualquier acto brutal o literario, que pronto se olvidará.

Pero esta disolución de la idea de lo que es perdurable, se puede contrarrestar si nos vivimos cada cual como parte no superflua de un destino grupal y contribuir -con la vida personal- a la marcha de un yo colectivo, integrador de la dispersa humanidad.

Y esa existencia individual (inmersa en una existencia total) tendría como afán cuidar la tierra, que es nuestro hogar, y marcar suaves signos cordiales en la memoria y en las emociones de quienes nos rodean.

Ese puede ser el hallazgo del sentido perdido: llegar a formar parte del coro de una ópera; ser una pieza más, pero en absoluto inútil, armonizada con todos los otros en una sola y fuerte voz que lograra ahogar los insustanciales y los prepotentes aullidos de otros, y cuyo aliento respire una forma de pensarse y de sentirse humano que mantenga los gestos que, entre tanta basura, todavía logren mantenerse limpios.

Opinión

Maria Luisa Balda

marina-abramovic

Y, ahora (desvirtuado incluso ese afán de perpetuarnos en la memoria de la humanidad), la trascendencia se ha convertido en una bagatela, en unos minutos en televisión (despellejando frívolas emociones), o unas líneas en las noticias por haber cometido cualquier acto brutal o literario, que pronto se olvidará.