Editorial Baile del Sol.
Personal y Transferible
Cesan los ojos en su función
ante la calle de tránsito.
Sus contenedores saturados
no recogen una peculiaridad más.
Los ingeniosos vacían de sentido
aquello que les asusta.
El cinismo vuelca una jarra de café agrio
sobre la sopa.
La inteligencia no sabe dibujar límites
sin que le tiemble la mano
Esa es su limitación.
El árbol busca refugio en el bosque
Con el anonimato, calcula salvarse de la tala.
Valores digeribles que aglutinan masas
Ingredientes que alimentan las ideologías.
El político visionario necesita del pueblo
y desprecia a los ciudadanos.
La religión administra los ritos
que ordenan a la comunidad fiel
El individuo sólo es una anécdota.
Las fotografías de Tunick
anulan el gesto particular
en favor de un mensaje dirigido desde fuera.
El número manda
Suma o calla.
Puedo entenderme contigo
porque respiras humanidad
No me entiendo con la Humanidad
que puede prescindir de ti y de mí.
Reflexión en Bata
Renuncias
Dejaciones
Cuestas imposibles.
¿Dónde está el fondo del fondo?
¿En el féretro de mi cama
extrayendo espinas a la oscuridad?
Sí, como el paleontólogo
busco rastros de lo que fui,
huellas de la vida pasada de moda.
Siempre amanece
Me desperezo
Nadie me agarra los pechos por detrás
Me duelen los ovarios
de tanta procreación fallida.
Es Domingo
Perdí la fe a la primera hostia
y no quiero ser antropófaga
de ningún espíritu.
He decidido vivir sola
No admito despóticas miserias
Luis Amézaga en "A pesar de Todo" recicla los detalles desechados por la memoria de corto alcance, los hace pasar por un crisol susceptible a las dimensiones de la arquitectura conductual humana, procesando su esencia a través de un análisis perspicaz y agudo. Sin embargo, el mérito no recae precisamente en este intrincado proceso, sino en la forma de replantearnos la cotidianidad. Hablo pues, del producto literario derivado de esos segundos olvidados, de esos instantes a los cuales se les niega una breve pero certera reflexión, de esos espacios que merecen ser vistos bajo otras perspectivas, pues ellos hablan mejor sobre nuestra existencia que cualquier otra cosa que hayamos ideado.