"Allí te permitiré que brilles mientras me sea agradable; allí te burlarás de mí con una sonrisa inextinguible; allí convencida de la incapacidad de tu aceite criminal, lo orinarás con amargura."
(de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont:
Los Cantos de Maldoror -Canto segundo-)