Este mes, francamente, no sabía sobre que escribir. Sé que normalmente no suelo hablar de diseñadores en esta sección, sino que me decanto por fotógrafos, pintores y cine. Pero hoy permitidme la licencia; voy a hacer una excepción, ya que al fin y al cabo los hábitos están para saltárselos. He de argumentar en mi favor que no se debe a un brote sicótico después del descanso vacacional, sino que he encontrado muy interesantes las joyas solares que está realizando la diseñadora Elena Corchero dentro de su proyecto global Lost Values. Es una colección que aúna diseño de gran carga conceptual con poética, y no es ajeno a la tradición artesana, a las cuestiones ambientales, a la ecología y a la tecnología.
Las piezas son un entramado de delicados textiles a menudo bordados con motivos de animales en peligro de extinción y gráficas creadas a mano que disponen de células solares, las cuales se recargan al aire libre y brillan en el interior. En ello radica su originalidad, son creaciones casi de cuento de hadas inspiradas en el Romanticismo, cuidadas al detalle e influenciadas por la luz. La temperatura del color ha sido algo muy presente en una diseñadora española que procede de las Islas Canarias y que, tras licenciarse en Bellas Artes en Santa Cruz de Tenerife, continuó su formación en centros especializados en diseño en Alemania y en Londres. Elena Corchero ha estado interesada en la producción de textiles desde siempre, ha mantenido numerosos contacto con el mundo de la moda, el diseño y el arte, ha adquirido su experiencia a través de trabajos como diseñadora freelance y sus colaboraciones en la empresa familiar Native Pret a Porter. Estamos ante un valor en alza que estoy seguro de que dará mucho que hablar, ya que recientemente ha sido incorporada en el libro de Sabine Seymour Fasionable Technology, además de haber recibido varios galardones y distinciones que reconocen su labor e innovación dentro del campo del diseño.
Son joyas que, además de servir como ornamentación para la mujer, pueden tener varias lecturas y usos varios a lo largo de la jornada. Así, durante el día embellecen a la mujer, y en el interior del hogar pueden servir como fuente de luz ambiental a la vez que decoran los espacios sin ningún gasto. Son piezas que parecen creadas desde la melancolía que dan valor al trabajo artesanal, y recogen la tradición entre la moda y el juego. Elena ha logrado algo tan difícil como hacer más accesible la tecnología produciendo una estética atractiva y con guiños al pasado. De esta forma, dentro del discurso ecológico-tecnológico ha materializado orgánicos abanicos, sombrillas, gargantillas, peinetas con alas de libélula, etc. Larga a vida al diseño con sentido, sobre todo si se trata de propuestas novedosas que intentan concienciar al usuario sobre la escasez de los recursos naturales y la importancia del reciclaje.