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COMIC: Macanudo: Liniers. Mondadori. Reservoir Books.
José Oliver
El común de los lectores no identificará Argentina con el cómic más allá de la venerable Mafalda de Quino. Pero hete aquí que desde allá nos llega la que, sin duda, puede considerarse como la mejor tira cómica de todas las que se hacen en español. Estamos hablando, claro, de Macanudo, cuyo autor, Liniers, nos viene obsequiando desde hace cuatro años con su obra diaria en el diario La Nación y que en España ha recopilado Mondadori en dos volúmenes, de momento.
En Macanudo, Liniers ha desarrollado un particular sentido del humor, que va desde lo más costumbrista, pasando por lo surreal, hasta la plasmación de un sentido poético e incluso casi greguerístico de la realidad digno de nuestro Ramón Gómez de la Serna. Basados muchos de los sketchs en experiencias cotidianas de personajes anónimos, pero también de recurrentes (los duendes, Z-25 el robot sensible, el hombre misterioso), impresiona la habilidad del autor por su facilidad para encontrar el brusco giro que lleva a la sonrisa o directamente al desternillamiento. También destaca el interés de Liniers por el diálogo continuo con el lector, con los juegos metaliterarios a los que somete a sus personajes, que en alguna ocasión serán víctimas del pánico al verse atrapados dentro de viñetas o amenazados por una misteriosa cuenta regresiva sobre sus cabezas.
El universo personal de Liniers es sorprendente, y auna lo mejor de los mejores maestros (Watterson, Schulz, Quino) a su particular visión del humor y del medio. Es capaz de tomar la premisa de Calvin & Hobbes para llevarla a su propio terreno en los personajes de la niña Enriqueta y su gato Madariaga, pero también de tener una vena -digamos- culturalista, con la serie de tiras titulada "Cosas que, a lo mejor, le pasaron a Picasso", en la que fabula delirantes situaciones del famoso pintor. Genio admirablemente fecundo, es autor de otra serie de tiras de carácter más personal y reflexivo, tituladas Cosas que te pasan si estás vivo, que son una pequeña reflexión diaria de los acontecimientos que le ocurren al autor, en un estilo más suelto, improvisado, que se acercan mucho a lo que en Estados Unidos se ha llamado el género slice of life. Ese mismo carácter costumbrista es el que encontramos en Macanudo en las tiras "Gente que anda por ahí" o "Las verdaderas aventuras de Liniers", en el que, más que buscar el chiste final, el autor traza una visión de las cosas simples que a su alrededor suceden. Los duendes, pingüinos y toda la colección de itinerantes personajes que habitan Macanudo pasarán a ser parte del acervo historietístico tarde o temprano.
Macanudo es como una ventana abierta a la inspiración, un taller de experimentación, un espejo a lo largo del camino, un saco en el que todo cabe, desde lo más frívolo a lo más trágico, desde la reflexión a la parodia. Y, encima, de manufactura diaria. Creo que no puede pedirse más...