La Mirada es la fuente de toda observación en fotografía y por ende de todo arte en general; es en ocasión, el atormentado reflejo de otros mundos.
Si lo que vemos en primera instancia nos llama la atención, y nos lleva a ejercer el escrutinio en otros rostros, ese simple acto nos impulsa a tratar de entender las lineas que el tiempo ha grabado en otros seres.
Al observar con cierto distanciamiento aquellos ojos que nos miran, y en los que esperamos encontrar una respuesta, es muy probable que seamos atrapados por el espejismo siempre presente en aquella ilusoria visión que se esconde tras la máscara.
Ya que, pensándolo bien no estamos mirando simplemente aquella semblanza que tenemos enfrente fungiendo de sujeto a punto de ser analizado y, por qué no decirlo abiertamente, fingiendo a veces una sonrisa en una faz que no le pertenece; estamos por así decirlo, esperanzados en algo tal vez mucho más insondable.
El fotógrafo está, de hecho, representando a su vez la contraparte que le corresponde en esta trama y está asimismo escondido, lui- même tras su máscara, sopesando la escena, valga decirlo, mientras mira al sujeto reflejado en el espejo de su visor; su punto de vista, su parador de alta montaña, su escondrijo en el que la luz dibuja aquel antiguo encanto de la Cámara Obscura; fingiendo, es posible, aquella aproximación afable que habrá de descubrirle alguna parte de un todo que esconde el sujeto que ha sido inmortalizado por la luz y las sales de plata.
Esto lo he pensado, debo decir, tardíamente y a punta de una forzosa reflexión -vaya palabreja difícil de esquivar- para intentar poner algo de orden en estos retratos que me han tomado muchos años en observar retrospectivamente, los cuales quizás nunca llegaron a pertenecerme del todo, pues el momento que define la toma fotográfica hace implícita también la ausencia de toda posesión, al menos en lo que se refiere a la Mirada, ya que ésta pertenece a todos y a ninguno por igual.
Estos retratos son un pequeño homenaje a seres humanos que accedieron a ponerse la máscara al menos por un instante y al presentarse como tales, mostraron, desde luego, su verdadero rostro.