Gemma Bovery
Autora: Posy Simmonds.
Traducción: Jordi Giménez Samanes.
Ed. Destino.
I love the combination of words and pictures, the way they can
complement or illuminate or contradict each other.
Posy Simmonds
En 2001, una obra de difícil catalogación llegó a España casi sin ser vista, pese a la originalidad y riqueza de su narración, pese a la gran calidad de sus textos e ilustraciones, y pese a quedar finalista como mejor obra en el prestigioso festival de cómic de Angoulême.
Cruzó las estanterías como si fuera transparente, aun siendo la obra de una artista de renombre cuyo trabajo es admirado por el público británico que sigue su sección en el periódico The Guardian, elogiado por guionistas de la talla de Alan Moore y respetado por la crítica especializada. Se fue en silencio, con la larga trayectoria de su autora bajo el brazo: estudiante de arte en la Sorbonne de París y en la Central School of Art de Londres, ilustradora de Cosmopolitan y Times, humorista gráfica, historietista, creadora de álbumes infantiles de éxito y, por si faltara algo a esta impresionante carrera, galardonada en 1998 con el National Art Library Illustrations Award e investida en 2002 Miembro de la Orden del Imperio Británico por su aportación a la prensa inglesa.
Así pasó Gemma Bovery de Posy Simmonds por las librerías españolas de la mano de la editorial Destino, en el apartado de "literatura en lengua inglesa". En Inglaterra, en cambio, antes de salir recopilada había sido seguida por entregas en The Guardian, una ardua tarea si se cuenta con que realizó una página diaria de lunes a sábado hasta completar las cien que la componen. El relato es una historia de desengaño y adulterio basado en la insigne novela de Flaubert pero sin pretender ser una nueva versión de la misma. Narrada por Joubert, un panadero francés bastante cotilla, trata de la vida de Gemma Bovery, una joven londinense obsesionada con tener la vida perfecta de las revistas que apareció muerta misteriosamente tres días atrás. El argumento no ofrece novedad alguna y resulta bastante tópico. Sin embargo, como sucede con Madame Bovary, su genialidad no radica en el qué sino en el cómo.
Simmonds es una observadora atenta, minuciosa en sus dibujos y exquisita en el lenguaje, que no teme ponerlos a dormir en la misma cama. A través de una composición en colage, se sirve de textos, ilustraciones e historietas para narrar la debacle de su protagonista. Los textos tipografiados conforman la voz del narrador, que hilvana la historia. Su testimonio se mezcla con los diarios de Gemma, escritos a mano, contrastando visualmente un estilo más público de la escritura, de acuerdo a unos moldes y destinado a ser leído por otros, con otro más íntimo y terapéutico, que no espera auditorio ni retóricos ni gramáticos. En este sentido, la mayoría de las escenas de cómic muestran paralelamente episodios concretos del texto desde un punto de vista menos rígido y más cotidiano, a través de la lengua oral utilizada en los diálogos donde francés e inglés son chapurreados impunemente.
Pero las viñetas no son un plus del texto. Donde éste no llega, sea porque oblitera o hace una simple alusión, sea porque la imagen resulte más efectiva, el cómic toma el relevo. La expresividad de los personajes y el detallismo de los escenarios y la ropa liberan a la letra impresa de largas descripciones. El estilo de Simmonds es signo inequívoco de su formación y, a la vez, amplitud de miras. Con gran maestría, mezcla retratos, paisajes, bodegones, guiños a pintores célebres y grabados del XIX, con el lenguaje del cómic, las portadas de novelas románticas o los juegos infantiles para colorear por números, usando diversas técnicas como lápiz, tinta, tramas, aguada o acuarelas. No da lugar a duda sobre su dominio tanto con la pluma como con el pincel, sabiendo extraer lo mejor de cada uno en textos ilustrados, estampas explicadas, historietas o escritura dibujada, siendo su trabajo en un auténtico rompecabezas para los archivadores.
Sólo por eso, sólo por sus enriquecedoras combinaciones, sin contar ya su agudo sentido del humor, sus refinados textos y sus bellas ilustraciones, Gemma Bovery no debería haber pasado desapercibida. Tal vez, ahora que acaba de ver la luz en inglés Tamara Drewe, la nueva obra de Simmonds, se pueda remediar el error y podamos disfrutar y apreciar lo que, sin ningún género de dudas, es una gran obra.
Enlaces:
http://books.guardian.co.uk/posysimmonds/ (The Guardian)
http://www.tjc.com (The Comics Journal #286)