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LIBRERIAS: Cuando los sueños conducen a Dinamarca
Inés Matute
Elena es menuda, casi pequeña, pero aprendió a soñar a lo grande. Elena nació en Burgos, pero vive en Copenhague, y en una misma conversación salta del castellano al inglés y de éste al danés sin el menor problema ni acentos contaminados en el trasvase.
Elena tenía un sueño: montar su propia librería, una librería donde, además, fuera posible reponer fuerzas, presentar un libro, ofrecer un recital poético y recaudar fondos para la operación de un escritor sin recursos. Al sueño lo llamó "Rayuela", su libro de cabecera. Ya ves, burgalesa, compartimos pasión por los Cronopios y justificado recelo, ¡ja!, ante la mala Fama.
Elena se preparó durante años, leyó cada papel que cayó en sus manos, estudió filología, obtuvo una beca Erasmus, viajó por medio mundo, se instaló en Copenhague. Cuando los sueños se hacen carne, libros y ojos azules se engarzan bendecidos por Cortázar.
Pensó que Norrebro era el barrio adecuado, un espejo de los laberintos más transgresores de la Gran Manzana. Outsiders, inmigrantes, bazares orientales, colmados de productos exóticos, escandinavos sin prejuicios. Artistas. Entusiastas e indiferentes. Supervivientes natos. Lo suyo.
Rayuela creció con pocos medios y muchas ganas, con tablones rescatados de la pira y una montaña de libros que Elena compró - como pudo- a distribuidores y libreros. Literatura hispana: autores superventas junto a los nombres que año tras año la fueron modelando.
En "Rayuela", blanco y azul, el invierno danés se agazapa tras la puerta; dentro, hoy Manu Chao, y mañana un autor novel presentando su obra. Impagable tarea la suya: difundir nuestro idioma, enseñar a amar los libros, apasionarse por la literatura entre infusiones humeantes y pastas de la abuela.
Elena Sin Fronteras, la librera de Norrebro, la de los sueños grandes y la mirada atenta. Su Rayuela, en Copenhague, es nuestra casa.