Literatura
Paseos desde Praga
elena buixaderas
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Escena campestre. Aire de domingo.
Sentadas en cima de la colina de Ríp, dos figuras de espaldas miran hacia la lejanía. Sólo se oyen sus voces en la luz difusa de la mañana.
- Bueno y ¿dónde está el mar?
- El mar... (Suspira.) Allá lejos.
- Sí pero... allá lejos ¿dónde?
- ¿Ves esa línea que forman el cielo y la tierra en la lejanía?
- La veo... claro, ya me has explicado lo que es el horizonte, aunque con esta bruma más bien lo adivino.
- Bueno, pues más allá.
- Y ¿cuánto más allá?
- Mucho.
- Y ¿cuánto es mucho?
- Algunos miles de kilómetros.
- Hmm... (Se rasca la cabeza) Y ¿qué es un kilómetro?
- Un kilómetro es la distancia más larga que tú eres capaz de andar antes de empezar a protestar. Eso es un kilómetro.
- O sea que no podría ir andando a ver el mar...
- Creo que no. (Se ríe.)
- (Dubitativo) Pero ¿cómo sabes que el mar está allá? ¿Has ido a verlo?
- Pues no, todavía no.
- Entonces no sabes si está.
- Bueno, pero está en los mapas, y ¡en la televisión!
- Ah... de la televisión mejor no digo nada, la tiraste la semana pasada, pero los mapas... ¿tú te crees lo que pone en los mapas?
- (Ligeramente molesto) Sí, para eso los hicieron. Son reproducciones a escala del mundo.
- (Ingenuamente) ¿De verdad te crees eso?
- (Muy solemne) Hay cosas en las que uno debe creer.
- Entonces eres más inocente que yo... A ver ¿quién hace los mapas?
- Pues... los cartógrafos, supongo.
- O sea, las personas.
- (Con impaciencia) Sí... que yo sepa los cartógrafos no son plantas ni orangutanes.
- Y ¿desde cuándo uno puede confiar en algo que hayan hecho las personas, ese homo sapinosequé que dices tú? Sobre todo si es adulto...
- Bueno, en algunas personas se puede confiar.
- Ah, ¿quieres decir que, por ejemplo, puedo confiar en ti?
- Más o menos... pero también en los cartógrafos.
- Vale, confiaré en ti. (Mirándolo desafiadoramente) ¿Cuándo vamos a ir a ver el mar?
- Mañana, hijo, mañana.
- (Aburrido) Siempre dices lo mismo pero luego nunca vamos... Así cómo voy a confiar luego en los cartógrafos...
Se levantan y se alejan caminando lentamente colina abajo. Desaparecen.
Llegan lejanas las voces de un montón de turistas ruidosos.