Reseña de Del tebeo al manga. Una historia de los cómics (vol.1 de 12).
Proyecto, coordinación y redacción: Antoni Guiral.
Asesores: Rubén Herrero de castro, Alfons Moliné y Jesús Yugo.
Editorial Panini Comics.
Historia del cómic. Parece que ahora, lo que antes era un entretenimiento, empieza a tener nombre de árida asignatura de colegio. De la democracia total se pasa a la jerarquía del canon, al "estudio serio". Se quiere reivindicar la valía del llamado "noveno arte", y para ello deben olvidarse las "historietas" y las "caricaturas" para rebautizarlas como "novelas gráficas" e "ilustraciones", ambas asociadas a otras "artes" mucho más "cultas" y con mayor "peso histórico".
Por suerte, esta cronología de los tebeos cuenta con la mano de Antoni Guiral. Junto a asesores de la talla de Alfons Moliné (www.lacarceldepapel.com), Guiral consigue una obra entretenida que, aún siguiendo la senda dictada, hace amagos de descreer de ella. No es que niegue la importancia de trabajos como Yellow Kid en el nacimiento del cómic sino que, más bien, la palia, la humaniza. No se dedica a levantar tótems sagrados. En todo caso, señala su importancia y la rodea de un contexto y un pasado. En otras historias del cómic, parece que Yellow Kid fue el Big Bang del tebeo, que antes no estaban ni Töpffer ni los grabados de Hogarth ni nada.
Este primer volumen se muestra ya en su faceta más didáctica y abierta. No hace grandes reflexiones metafísicas sobre la esencia del arte ni es un listado aburrido de nombres y fechas sin rostro. Al contrario, es una narración muy entretenida, sencilla y cercana, magníficamente apoyada por gran cantidad de imágenes que ayudan a ver el estilo de los autores, un texto que es difícil abandonar porque Guiral tiene la habilidad de llenarlo de oralidad, de referencias al lector, de bromas, de guiños. Es como si se hubiera transcrito la clase del profesor enrollado que hay en todo instituto, sin que por ello se trate de explicaciones pueriles o faltos de estudio.
Antoni Guiral es claro, conciso, ameno, agradable, y tiene un conocimiento enorme sobre lo que habla. El volumen se dividide en dos partes, "El nacimiento de una industria" y "El realismo en las cómics strips", cada una fragmentada en digeribles píldoras de datos y chascarrillos, con un resumen final acompañado de fichas biográficas de los autores. Por si fuera poco, y acertadamente, el libro comienza con un glosario de términos que pueden parecer básicos a un aficionado, tales como "viñeta" o "comic-book", pero que son necesarios si alguien empieza a familiarizarse con el medio. Nadie podrá negar que no se pusiera empeño en hacer una obra lo más accesible y atractiva posible.
No se pretende, tampoco, sentar cátedra. Se propone mostrar y demostrar: mostrar lo rico que puede ser el mundo de la historieta y demostrar que es un medio tan válido como la literatura o la pintura, sin por ello ser una mezcla de los dos sino poseyendo un lenguaje propio. En las palabras de Guiral se saborea todavía el placer que siente por la materia. No es un estudio hecho desde una torre de marfil, donde los trabajos son diseccionados en la mesa de operaciones. Puede, eso sí, que caiga en el error del nacionalismo histórico, es decir, de señalar constantemente que el país, en este caso España, siempre aportó su granito de arena, por nimio que fuese, en el contexto general. Pero, sinceramente, es un defecto demasiado pequeño para un trabajo tan grande.