Hay quien se guarda en su silencio. Quien se piensa con paciencia. Un hombre y su mirada. Azul cielo para algunos. Tormentas para otros. Una voz dice mis pies funden la roca al paso de los días.
Hay quien nombra los objetos de su mundo. Quien piensa que la infancia se esfumó. Los cambios. Los umbrales. Las etapas. Una voz dice los buenos momentos hirieron por dentro.
Hay quien traza carambolas a mil bandas. Quien apuesta al amor desesperado. Tantas dudas. Tantos días. Tantas ganas. Una voz dice veo un cruce de caminos al final de la escapada.
Hay quien huye de la calle porque cuelga de su casa un cuadro restaurado. Quien no viaja y se reserva. El regalo de esos días. Una mesa y una cama. Un viento en la ventana. Una voz dice mejor abandonar por unos meses la ciudad.
Hay quien cuenta una historia que le pesa. Quien cubre su miedo con pintura. Una buena mujer. Una sitiada ciudad. Unos hombres sin tacto. Una voz dice nadie está libre de romper la honradez en mil pedazos.
Hay quien huye de su barrio junto a un hombre sin pasado. Quien habla de la paz en otro sitio. Un coche rojo. Una curva abierta. Una playa quieta. La voz dice el verano o nunca más.
Hay quien vuelve con rabia a lo pequeño. Quien sabe que lo hermoso terminó. Discos redondos. Trajes oscuros. Gafas de sol. Una voz dice adiós a aquel mundo de color.
Hay quien sabe que el amor es un dibujo. Quien ve manchas de color. Pupilas que son mares. Sombreros que son trigo. Lunas que son rostro. Una voz dice, cuando el sol se pone, los azules marchan con el cielo.
Hay quien teme que el amor lo mastique. Quien escribe al revés los cuentos de hadas. Juguetes rotos. Peceras sucias. Fotos sin gracia. Una voz dice del deseo que es un juego para adultos.
Hay quien se guarda en su silencio. Quien se piensa con paciencia. Un hombre y su mirada. Azul cielo por algunos. Tormentas para otros. Una voz dice mis pies funden la roca al paso de los días.