A veces envidio a mi vecino cuando, desde mi ventana, la contemplo oculto como un voyeur. A medida que transcurren los días, Maria crece, convirtiéndose en una adulta apetecible. Y sus formas, su estatura proporcionada y su color sano provocan en mí una sensación de deseo casi obsceno. Observo como mi vecino se desvive por ella y como la protege y como le facilita sus necesidades para que sea feliz y, en algunas ocasiones, imagino deseos casi incestuosos en los mimos con que la prodiga: resguardándola del viento de marzo, de las caprichosas lluvias de la primavera o del excesivo sol del verano. Las noches se convierten en agitados sueños en los que participo, incorporándome a la ceremonia del pecado en las caricias que inundan la casa vecina, donde el amante prohibido quiere comprobar con la punta de sus dedos la tersura de la piel de su adorada. Y despierto, sudoroso e impaciente, en el amanecer que se resiste a llegar, para recrearme con su belleza desnuda en los primeros grises del alba. Y desespero al pensar que no llegará al próximo otoño, pues su destino está ya marcado. Y un día, después de haberme asombrado con su plenitud, desaparecerá para siempre de mi vida y al cabo de un tiempo la reconoceré convertida en una fumata blanca anunciadora de placeres efímeros, elevándose hacia el cielo azul, mientras mi vecino me saluda con los ojos algo más entornados que de costumbre.
Paco Piquer Vento (Valencia 1945). Reside en Palma de Mallorca desde los siete años. Técnico en Empresas Turísticas ha dirigido hoteles en Mallorca y el extranjero. Colaborador habitual de las revistas literarias La Bolsa de Pipas y Espacio Luke. Ha publicado la novela "Las Mareas no saben de Sentimientos" (Publicaciones Acumán 2007), síntesis de las sensaciones adquiridas durante sus dos años en Djerba (Túnez). Figura en diferentes antologías como finalista de certámenes literarios: "Breviario de Relatos", "Cuanto cuento", "Oficio de Brevezas", "El viaje" etc. Ganador del Certamen de Relatos Breves "Sueños" de la Secretaría de Igualdad del PSOE de Valladolid con el relato "Steps". De vocación tardía, la soledad intermitente en el extranjero le llevó a escribir, a desempolvar cantidad de proyectos casi en el olvido. Gran lector, fue haciéndose cada vez más selectivo, más intuitivo; un devorador de contraportadas. Para la creación le atrapó Raymond Carver, del mismo modo que atrapaba la vida en sus increíbles paréntesis. Y quiso ser Carver en su primer trabajo "No se como puedo confundirlas si son tan diferentes". El título era casi más largo que el cuento. Ahí empezó todo. "Cuentos de la mirada perdida" fue el compendio de sus primeras historias. Después vinieron "Relatos para acunar cuñadas insomnes" y "Oniria". Hasta que se atrevió con las novelas: "Carta de Julia", "Mil taxis, tres días y un gato" y "Nada es verdad (ni es mentira)" y "El caso del cadáver sonriente", X Premio Francisco García Pavón de Narrativa (Rey Lear Ediciones 2007).