Paradojas de la naturaleza, los seres humanos estamos dotados de muchos órganos por partida doble: dos brazos, dos piernas, dos riñones, dos orejas, dos pulmones, dos agujeros en la nariz y, naturalmente, dos ojos. Pero, paradojas de la técnica, cuando hacemos fotografías sólo utilizamos un ojo para mirar, y al parecer sólo procesamos la información con una mitad de nuestro cerebro. Nuestros dos ojos nos permiten ver este mundo con mucho volumen, con muchos matices y profundidad, pero nuestras cámaras nos enseñan el mundo aplastado en una imagen plana, donde sólo aspiramos a representar una ilusión de profundidad, de matices. ¿Habrá sido por eso? Tal vez. Pero la cuestión es que cuando me pongo a dar un paseo por mi archivo fotográfico veo doble. Veo muchas fotos que parecen haber nacido para estar una al lado de la otra. Tal vez es mi cerebro, o son mis ojos que se empeñan en ver mis propias fotografías con matices, con volumen, con profundidad, y tal vez eso se consiga poniendo una al lado de otra.
Este es, más o menos, el impulso que me ha llevado a hacer esta pequeña colección. Seis Dobles se nutre se las fotografías que he venido realizando desde el año 2000, y que a menudo bautizo con el nombre genérico de "Obviamente, Fotografías de Diego Ortiz". "Obviamente..." es una serie que un buen día empezó, pero a la que no le busco un final. Es simplemente un paseo por el mundo que tengo delante, cámara en ristre, y a día de hoy está compuesta por cientos de fotografías que avanzan por muchos caminos. Uno de estos caminos es Seis Dobles. Estas 12 fotografías (o los seis pares de fotografías, como usted prefiera) son un ejercicio, entre lúdico y misterioso diría yo, de profundizar en mi visión del mundo y de mis propias fotos. Son por tanto una lectura entre interesada y naif, que me ha permitido cerrar una colección con vida y nombre propios. Las imágenes están realizadas entre 2000 y 2006. Algunas fueron tomadas una al lado de la otra, en el mismo momento y lugar. Otras en cambio lo fueron con años y miles de kilómetros de distancia, pero en cualquier caso ponerlas juntas les otorga una nueva dimensión, crea una nueva historia más completa que la que representa cada imagen por separado. Las fotografías han sido cuidadosamente copiadas por los laboratorios Movol de Madrid, y permanecen guardas en delicadas cajas hechas por un artesano de la encuadernación. Sólo hay seis cajas Seis Dobles, firmadas y numeradas, a disposición de usted, señor coleccionista, para que también usted vea doble.